Este año, Alejandro Calvo repetirá como Jesús de Nazaret en la Pasión Viviente que se celebrará el Viernes Santo 18 de abril, un papel que ya interpretó en 2017 por primera vez: “tenía 22 años, lo disfruté mucho, me lo pasé muy bien. Fue lo más”, ha expresado Calvo, quien ahora regresa a este personaje ocho años después, añadiendo que “lo bonito es que me vienen muchos recuerdos de la anterior representación”, ha expresado en Castro Punto Radio.
Alejandro no ha expresado un por qué exacto de su deseo de repetir el papel y ha revelado que “es algo más bien mío interno”.
“Valoras más la primera vez y la verdad que no puedo decir la causa de volver a ser Cristo. Era muy joven, lo disfrute mucho y cuando bajé de la cruz dije: quiero volver”. Por lo que ha enfatizado en que algo se quedó de él aquel día de 2017 en la Atalaya.
“No parto de cero, pero sí de uno. Mi mentalidad es ir de nuevo y en cada ensayo aprendo algo distinto,” ha dicho. A sus 30 años, reconoce que su perspectiva ha cambiado: “Ahora tengo otra mentalidad y el cuerpo es otro. Me acuerdo que con 22 años cogía el madero, me tiraba al suelo y me daba igual”.
Al preguntarle sobre la reacción de su familia ha detallado que su madre es de lágrima fácil y se pone nerviosa y “y para colmo este año mi hermano actuará de ladrón y yo de Cristo”. Sin embargo asegura que “mi padre está que se le cae la baba”.
Pese a ser su segunda vez en la cruz, sostiene que “a día de hoy salgo de trabajar y de camino al local donde ensayamos, voy nervioso hasta que me coloco el madero. Pero veo a la gente disfrutar y eso es lo que me gusta”, asegura.
Este joven actor también ha subrayado la importancia del elenco, especialmente de los jóvenes, ya que cada vez participan más niños y adolescentes: “todos los papeles son importantes y hay que disfrutarlos. Hay mucha cantera y eso es importante para que siga funcionado la Pasión Viviente”.