27 ABRIL 2017 /
El Ateneo de Santander acoge esta tarde, a las 19:30 horas, la presentación de un libro biográfico sobre Ataúlfo Argenta, escrito por Ana Arambarri con la que hemos hablado hoy en Castro Punto Radio.
Bajo el título ‘Ataúlfo Argenta. Música Interrumpida’, la escritora hace un recorrido por la vida del músico castreño. Como ella misma ha relatado, pretende que “sea un libro que puedan entender las generaciones futuras, porque Argenta es un gran desconocido, a pesar de la fama que tiene en su tierra”. Y es que, “hay facetas de su vida que apenas han sido recogidas previamente”.
Los contenidos del libro se basan en tres apartados importantes. En el primero de ellos, se recogen partes de las cartas que el músico remitió a su mujer y en las que “se ve el pálpito de su pensamiento, la construcción de su carrera y lo duro que tuvo que pelear”.
A partir de esto, que supone el grueso del libro, se incluyen una serie de documentos inéditos “que tienen que ver con toda esa parte del juicio, por el que estuvo esperando en la cárcel seis meses, tras la denuncia que recibió, en la Guerra Civil, sobre que pasaba información al bando republicano”.
En una tercera parte, se recogen “las luchas de poder que existían en el entramado cultural y musical, en el que no todo el mundo estaba de acuerdo con el él fuera director de la Orquesta Nacional”.
Como la propia Arambarri ha explicado, en la presentación de esta tarde, “proyecto una serie de vídeos y, en uno de ellos, se ve el funeral de Argenta en Madrid. Es inconcebible pensar que se pudiera hacer algo así a un director musical, que era una persona representativa sí, pero imagínate la fama que tenía que congregó a todo Madrid en la calle tirando flores”.
Durante la elaboración del libro, la escritora ha estado en permanente contacto con la familia del músico, con la que le unen algunos lazos. Y es que “Argenta dio clases a mi madre durante la Guerra Civil. En aquel momento, él no podía regresar a Madrid y estuvo unos años en Segovia, donde no tenía medios ni recursos. Una serie de familias le ampararon y, entre ellas, la mía. Mi abuelo, que tenía un piano de cola muy bueno, le permitió usarlo a cambio de que diera clase a sus hijas. Luego mi madre y la esposa de Argenta se hicieron amigas íntimas”.
En la imagen, Ataúlfo Argenta en la playa de Brazomar con una de sus hijas.