Ya tenemos con nosotros el nuevo sistema operativo de Mac, macOS Tahoe, que ha traído consigo un conjunto de novedades centradas en mejorar la productividad, el rendimiento y la seguridad de los dispositivos de Apple, sin olvidar la aplicación de la IA en diferentes aspectos. Pero, como suele pasar, también ha traído algún que otro problema.
Si eres usuario de Mac, ya habrás actualizado (o estarás a punto de hacerlo) tu sistema operativo a la última versión de iOs. Como ocurre con cada nueva versión del sistema operativo, no han faltado los pequeños fallos que algunos usuarios han empezado a notar tras la actualización. Si quieres aprovechar al máximo las mejoras del sistema sin afectar a tu experiencia diaria es necesario que comprendas y, sobre todo, resuelvas estos inconvenientes.
Rendimiento lento y alto consumo de recursos
El nuevo macOS Tahoe ha apostado por una optimización profunda del sistema, con una mejor gestión de energía, un nuevo diseño más limpio y una mayor integración con servicios de iCloud. No obstante, varios usuarios ya han comentado que están sufriendo dificultades relacionadas con el rendimiento, el uso excesivo de recursos o problemas de compatibilidad con aplicaciones de terceros. Por eso, es imprescindible conocer los problemas de macOS Tahoe y sus soluciones para evitar situaciones frustrantes o, incluso, desesperantes.
Uno de los problemas más comunes tiene que ver con la ralentización del sistema. Algunos usuarios han notado un aumento en el uso de CPU y memoria RAM, lo que puede provocar que el Mac tarde más en iniciar o en ejecutar aplicaciones habituales. Esto suele deberse a procesos en segundo plano que realizan tareas de indexación o sincronización tras la actualización. Una solución eficaz consiste en reiniciar el sistema en modo seguro para comprobar si el problema está relacionado con extensiones o software que se carga al inicio. Por otro lado, también conviene revisar el Monitor de Actividad para identificar aplicaciones que consumen más recursos de lo normal. En muchos casos, con realizar una limpieza de archivos temporales y optimizar el almacenamiento se suele recuperar el rendimiento habitual.
Problemas de conectividad y compatibilidad
Otro punto recurrente entre los usuarios es la pérdida ocasional de conexión Wi-Fi o Bluetooth tras la instalación. En la mayoría de los casos, se debe a configuraciones heredadas que entran en conflicto con los nuevos protocolos de red del sistema operativo. Para solucionarlo, lo más recomendable es eliminar las preferencias de red y volver a configurarlas desde cero, además de restablecer el módulo Bluetooth desde el menú de diagnóstico del sistema.
En cuanto a la compatibilidad con aplicaciones de terceros, algunos programas aún no están totalmente adaptados a macOS Tahoe, lo que puede causar cierres inesperados o errores al abrir archivos. Te recomendamos que mantengas el software actualizado para garantizar un funcionamiento correcto.
Estabilidad y mantenimiento del sistema
Una de las claves para evitar la aparición de errores tras una gran actualización de macOS es mantener una rutina básica de mantenimiento como crear copias de seguridad periódicas, eliminar aplicaciones que ya no se utilizan y mantener actualizados los controladores. También resulta aconsejable dejar que el sistema complete sus procesos de optimización tras la instalación. Esto permite que el sistema reorganice la memoria y actualice los índices de búsqueda internos.
MacOS Tahoe representa un paso importante en la evolución del sistema operativo de Apple. Aunque los primeros días tras la instalación puedan presentar pequeños fallos, la mayoría cuentan con soluciones sencillas que cualquier usuario puede aplicar sin necesidad de asistencia técnica.



