15 MAYO 2017 /
La Comunidad Autónoma de Cantabria fue pionera el año pasado en instaurar un nuevo calendario escolar que, entre sus principales novedades, incluía una semana de descanso lectivo cada dos meses aproximadamente.
A punto de finalizar el curso, el Consejo Escolar de Cantabria ha hecho un primer balance del funcionamiento de este calendario, sobre el que hemos hablado en Castro Punto Radio con el presidente del Consejo, Jesús Gutiérrez Barriuso.
Tras dejar claro que “es pronto para hacer una valoración rotunda y global de la aplicación de estos cambios”, sí se constata la necesidad de hacer una serie de mejoras, no en el fondo de las medidas adoptadas, sino en la forma de aplicarlas.
El informe del Consejo Escolar entiende que con los periodos de descanso “es posible” conseguir el objetivo perseguido, que es el de que “el alumnado pueda tener una mayor bienestar y una mejor salud emocional para abordar en mejores condiciones su proceso de formación y aprendizaje”. Ahora bien, “hay cosas a mejorar”.
Por ejemplo, “se ha percibido que en Primaria ha ido bastante bien, pero en Secundaria ha habido, en algunos casos, mucha carga de exámenes tras los periodos de descanso”. Por tanto, “hay que ir ajustando muchos aspectos poco a poco para que el calendario funcione mejor de cara a los objetivos que persigue y que las semanas de descanso realmente lo sean”.
Con respecto a la conciliación de la vida familiar y laboral, Gutiérrez ha dejado claro que “ése no era el objetivo fundamental de este calendario”. No obstante, “la administración diseñó y puso en marcha un plan especial para un ocio diferentes fuera de los centros educativos durante los periodos de descanso. Había un plan en el que colaboraron también algunos ayuntamientos pero, así todo, hay que mejorar a través de la colaboración de todas las partes implicadas”.
Entre las propuestas del Consejo Escolar para mejorar la aplicación de este nuevo calendario, figura la de empezar el curso lo más pronto posible en septiembre y terminarlo lo más tarde posible en junio, “siempre que se aseguren los días suficientes para las tareas pedagógicas y organizativas que deben realizarse en los periodos previos y posteriores al inicio y fin de la actividad lectiva. Para ello sería imprescindible que los exámenes extraordinarios se desarrollarse antes del periodo vacacional de verano”. Según Gutiérrez, “se trata de que introducir esos periodos de descanso mejor repartidos” para conseguir, precisamente un mejor ajuste que permita que los alumnos realmente descansen y no tengan exámenes después. “Los días lectivos seguirían siendo los mismos (175), pudiendo hacerse esos descansos, en lugar de en una semana, en 8 o 9 días”.
Este informe ya está en manos de la Consejería de Educación, que tendrá que estudiarlo y tomar las decisiones oportunas.