9 OCTUBRE 2017 /
Las posibilidades de salvar el Hotel Miramar de la demolición siguen vivas, aunque se agota el tiempo para buscar alternativas en este sentido. Como ha señalado en Castro Punto Radio el responsable de la Demarcación de Costas en Cantabria, José Antonio Osorio, este organismo “sigue abierto a escuchar y estudiar propuestas de uso para el edificio que sean compatibles con la Ley aunque, de momento, no hemos recibido ninguna”. Mientras tanto, la cuenta atrás sigue en marcha y los trámites administrativos para proceder al derribo avanzan.
El último se ha dado con la publicación hoy en el Boletín Oficial del Estado del anuncio referente a la convocatoria para el levantamiento de actas previas de ocupación de los bienes y derechos afectados por la expropiación forzosa para la ejecución de las obras de demolición del Hotel Miramar en Castro Urdiales. Como ha explicado Osorio, “parte del edificio está situado en zona de dominio público y su concesión caducó. La otra parte del inmueble está en terreno privado y es la que es objeto de la expropiación, ya que debemos poseer la totalidad de los terrenos que forman parte del expediente para empezar con la licitación de las obras de demolición”.
Aún hay esperanza pero lo cierto es que “esta última publicación en el BOE es un hito más y cuanto más avance el tiempo sin tener una propuesta alternativa, más avanzan los trámites hacia la demolición”.
El expediente de expropiación está en marcha y “si hay otra opción la valoraremos”. Ahora se da un plazo, hasta el 13 de noviembre, a los propietarios del edificio para formular por escrito ante la Demarcación de Costas en Cantabria cuantas alegaciones estimen oportunas, a los solos efectos de subsanar posibles errores que se hayan padecido al relacionar los bienes afectados por la urgente ocupación.
A partir de ese 13 de noviembre “se hará la consignación de los depósitos previos para la expropiación y cuantos más pasos se den en este sentido, más difícil será parar la demolición”. A partir de esa fecha, “se complica cualquier alternativa al derribo”.
Lo que le parece “lógico” a Osorio es que “el edificio no permanezca un verano más con la imagen que presenta”. Están “abiertos a buscar otro tipo de solución para el edificio, pero la situación actual no es la mejor y creo que los ciudadanos no deberían convivir con un inmueble en el estado en el que está otro verano más”. Por tanto, “nos gustaría que, de una forma u otra, el Miramar no esté en la situación que ha estado este año el próximo verano”
Los gastos de expropiación, que rondan los 600.000 euros, y los de derribo, sobre 200.000 euros, corren a cargo de la Administración General del Estado que, una vez derribado, “dejaría el suelo con el aspecto que presenta el resto del paseo marítimo”.