Como ya hemos informado, la DYA de Castro Urdiales fue el primero operativo castreño que se movilizó a Valencia para colaborar en la asistencia de los damnificados por la DANA. Partieron el jueves por la tarde y llegaron a la zona en la madrugada del viernes, poniéndose inmediatamente a disposición de los distintos operativos desplegados en los municipios más afectados.
Unai García es uno de los voluntarios de la DYA que fue a Valencia y ha llegado de nuevo a Castro esta pasada madrugada, una vez otros compañeros han hecho el relevo para seguir con las labores allí.
Con él hemos hablado en Castro Punto Radio y ha contado que “la escena que nos encontramos cuando llegamos fue horrorosa y de escenario bélico sin armas, lleno de lodo por todas partes y coches amontonados. Era de noche en ese momento y fue con la luz del día cuando realmente nos dimos cuenta de la verdadera magnitud de la tragedia”.
Los integrantes de la DYA están desplegados en Alfafar, que es el municipio al que han sido enviados por el 112 de la Comunidad Valencia. Pero llegados allí, Unai ha reconocido que “todo es un caos en cuanto que hay un poco de descontrol en la gestión de la emergencia y cada uno está trabajando por su cuenta, sin existir un mando único al frente de la catástrofe. Cada grupo de voluntarios especializados en emergencias y sanitarios funciona por libre y se van cubriendo las necesidades que se van viendo en cada momento”.
En el caso de la DYA “acudimos con un vehículos todoterreno con camilla que accede a zonas donde las ambulancias convencionales no pueden. Desde allí lo vieron como un recurso muy útil y nos metieron dentro del sistema de atención de emergencias del 112. Nos dotaron de un médico y una enfermera conformando todos juntos una UVI móvil”.
Ha afirmado que “si no llegamos a acudir con este vehículo, seguramente nos habrían destinado a labores más generales como gestionar tráfico o retirada de lodo. La gente que está haciendo esto se va buscando un poco la vida y repartiéndose las funciones porque trabajo hay para hacer de sobra”.
Ha insistido en que “la palabra descontrol es la que más se está escuchando allí” y ponía como ejemplo que “nosotros hemos estado trabajando en un puesto sanitario improvisado montado en los bajos y primer piso de un centro de jubilados a iniciativa propia de la médico que está con nosotros en la UVI móvil. Allí se han ido acercando médicos y enfermeros voluntarios que se han puesto a disposición de la compañera”.
A la hora de acudir con la UVI móvil a atender a un herido “estábamos teniendo tiempos de respuesta de una hora u hora y media a escasos metros de la persona a atender debido a las grandes torres de coches y porque la gente te va pidiendo ayuda por el camino y tienes que dársela”.