Castro Urdiales se une un año más a la campaña preventiva e informativa que lanza la Dirección General de Inclusión Social, Familias e Igualdad del Gobierno de Cantabria, “NO ES UNA CITA, ES PROSTITUCIÓN”. El objetivo, visibilizar cómo el modelo de prostitución está cambiando, pero no disminuye, en un esfuerzo por movilizar apoyos para avanzar hacia la abolición de esta práctica.
La trata de seres humanos con fines de explotación sexual “constituye una profunda violación de los derechos humanos, diversificada en diferentes modalidades: explotación sexual, explotación laboral, trabajos forzados, tráfico de órganos, etc. La más extendida, la explotación sexual, lleva consigo un fuerte componente de género afectando en su mayoría a mujeres y niñas”.
Para avanzar como sociedad “es fundamental dejar de tratar a las mujeres y sus cuerpos como pura mercancía”, afirma Leticia Mejías, concejala de Servicios Sociales, quien asistió en representación del Ayuntamiento al evento celebrado en el Parlamento de Cantabria el pasado jueves, con motivo de esta efeméride.
“No puede obviarse que en nuestra sociedad actual, las redes sociales y las nuevas tecnologías han llegado para quedarse, ofreciendo nuevas herramientas, nuevos recursos para el consumo. El contexto digitalizado es otra adaptación más de la violencia, que se está normalizando. Camuflándose la entrada de mujeres y niñas en las redes y a través de citas digitales que no dejan de ser prostitución”.
Desde el Ayuntamiento y el propio Centro de Información a la Mujer “se trabaja para terminar con esta lacra social, tanto a nivel preventivo como asistencial. En el último año se ha dado formación al equipo técnico para poder identificar a las personas que puedan estar sufriendo esta problemática. También se han mantenido reuniones con diferentes asociaciones que trabajan de manera asistencial en nuestro municipio, para favorecer un trabajo colaborativo y coordinador”.
El rechazo de la sociedad ante el consumo de personas “es fundamental para su erradicación. Como lo es generar un pensamiento crítico frente a realidades como la trata y el consumo de prostitución en cualquiera de sus formas. Cantabria no es ajena a esta problemática, su existencia en nuestro entorno nos obliga a perseguir y sobre todo prevenir el delito”.