18 MARZO 2016 /
Los decanos de los colegios profesionales de ingenieros industriales, ingenieros de caminos, canales y puertos y de arquitectos de Cantabria, se han reunido para promover la puesta en valor y rehabilitación del cargadero de mineral de Dícido, en Castro Urdiales.
En el encuentro, celebrado esta semana, han acordado iniciar conversaciones con las administraciones regional y local con el fin de dar a conocer esta infraestructura como “icono” que ayude a la activación de “recursos turísticos y socioculturales” en la costa oriental de la región.
Sobre este asunto hemos hablado con el decano del Colegio de Arquitectos de Cantabria, el castreño Ignacio Villamor que ha incidido en “la necesidad de sensibilizar y trasladar a la opinión pública y a las autoridades la importancia de la restauración de este cargadero, que se encuentra en un estado bastante comprometido y que es una pieza única y parte de la historia viva de nuestra realidad pasada”.
Los impulsores de esta iniciativa han solicitado ya una reunión con el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla “para explicarle nuestra idea y pedir apoyo”. Al mismo tiempo, “hemos mantenido contactos con el alcalde de Castro, Ángel Díaz-Munío, “para que nos acompañe en esta iniciativa”.
Los expertos abogan por la “inmediata rehabilitación” de este Bien de Interés Cultural para evitar “una pérdida irreparable” de un patrimonio que se ha convertido en testimonio “fundamental” a la hora de comprender la historia y el paisaje del litoral cantábrico.
Villamor no ha podido hablar de plazos de intervención porque las actuaciones dependen de que “las diferentes administraciones implicadas lideren esta iniciativa y aporten su apoyo institucional y económico. Nosotros poco más podemos hacer”.
Lo que sí ha dicho este profesional es que “el estudio detecta graves deterioros en las piezas y elementos estructurales del cargadero debido a la corrosión”. Defiende que es complicado hacer un diagnóstico “sobre si esto se va a caer mañana o dentro de años”. No cree que “que vaya a suceder nada mañana” pero sí es cierto que “en ese estado de abandono en el que se encuentra, tarde o temprano puede fallar alguna pieza y caer. Si eso ocurriera, otro elemento más de nuestra historia que se llevará el tiempo o la desidia. Nosotros intentamos hacer ver a toda la sociedad que esas cosas no deben ocurrir y que debemos afrontar esto con una responsabilidad”.
Este cargadero de mineral es el último de tipo ‘cantilever’ que queda en pie de los que existían en la costa cantábrica y en España. En el municipio de Castro Urdiales llegaron a construirse una decena de cargaderos de mineral, siendo el de Dícido el principal entre el conjunto de vestigios de la minería y testimonio de las singulares infraestructuras de transporte y carga de mineral de las minas de Cantabria y Vizcaya.
En 1986, el Ayuntamiento de Castro adquirió el cargadero a un precio simbólico a la compañía minera propietaria cuando pensaba venderlo como chatarra y el 9 de abril de 1996 fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento.