27 AGOSTO 2015 /
Con la finalización de las obras de asfaltado en el Polígono de Vallegón, los problemas no han acabado. Y es que, si bien el tráfico se ha facilitado para los vehículos, las buenas condiciones de la carretera la han convertido en circuito improvisado de carreras y en una zona por la que muchos coches y camiones circulan a más de 80 kilómetros por hora cuando el límite está en 30.
Así lo ha contado en Castro Punto Radio Jordi Álvarez. Trabaja en el polígono y ha sufrido en primera personas las consecuencias de esta situación porque hace unos días perdió a su perro, que fue atropellado por un todoterreno sin que se pudiera hacer nada por salvar su vida. “Vallegón tiene una visibilidad terrible y cualquier cosa que salga a la carretera se ve. La señora le pasó por encima y frenó a los 20 metros. Tu si vas a 30, 40 o 50 kilómetros/hora la distancia de frenada es muy corta. Si vas a 80, por lo menos son 20 metros hasta que llegas a detener el vehículo”.
Asume su parte de responsabilidad por el hecho de que la mascota estuviera suelta, pero entiende que “a otra velocidad el desenlace podría haber sido otro”. Además, “Veo niños en bicicleta o patinete y va a pasar una desgracias. Sí, que no tienen que estar ahí pero, qué hacemos, ¿los pasamos por encima?”.
A todo esto se suman las carreras que Jordi ha podido ver por la zona, “entre semana, a última hora de la tarde cuando ya saben que hay poca gente y durante todo el día los fines de semana”. Según ha contado, “siempre son los mismos y empiezas a oír derrapes, frenazos, acelerones y suben por allí a lo que les da el coche. Es una carretera muy ancha que han hecho para que entren los camiones y mira qué gozada para ellos”.
Jordi ha puesto la situación en conocimiento de la Policía Local y califica de “triste” que “les llamo y no me no me dan ninguna solución. Me dicen que no tienen ninguna competencia y que si no lo ven no pueden hacer nada. Ha tenido que morir mi perro, pero va a caer alguno más seguro”.
Los agentes sí le trasladaron que “iban a pasar y a vigilar pero insisten en que no cuentan con competencia ni pueden instalar radares de velocidad porque no tienen. Perfecto, pero yo acudo es a ti y, si no tienes, lo puedes derivar a quien la tenga”.
Jordi supone que “tomarán alguna medida pare evitar daños mayores” y cree que no será el único vecino que ha alertado sobre todo esto. “Supongo que habrá más gente que haya oído los ruidos de las carreras y visto también las velocidades a las que pasan algunos coches por ahí. He llegado a ver algún tráiler con remolque que va 80. Imagínate con todo ese tonelaje lo que tarda en frenar a esa velocidad. Es que no queda nadie vivo”.
Este vecino cree que “quizá pueda ser una buena idea poner badenes para reducir las velocidades”.
En las imágenes vemos la limitación de velocidad, las marcas de ruedas visibles en todo el polígono y la zona en la que fue atropellada la mascota de Jordi.