El Gobierno de Cantabria ha anunciado hoy en el Parlamento su propuesta de abrir los comercios, los talleres, concesionarios y las ITVs a partir del próximo 11 de mayo, además de otras medidas de desescalada del confinamiento aplicadas a la rehabilitación de viviendas para autónomos, uso del transporte público por carretera y la actividad de Administración Pública.
El consejero de Industria, Francisco Martín, ha planteado una hoja de ruta de desescalada progresiva que pueda orientar a los comerciantes y al resto de trabajadores implicados. El primer objetivo que ha marcado es conseguir que la curva de contagio baje de manera clara, y en ese sentido ha recordado que la Consejería de Sanidad anunció el sábado pasado que Cantabria cumple con las condiciones de una desescalada y hay que tomar medidas de reapertura.
Entre las pinceladas que se proponen desde la Consejería, Martín ha recordado que a nivel industrial la actividad manufacturada no está limitada, siempre que no se preste servicio directo al público, y las que no lo están es por falta de pedidos o por falta de suministros. Todo ello se regularizará en el momento en el que las demás actividades asociadas se reactiven. En esto casos se tienen que aplicar una serie de normas para el empleo de las EPIs y las distancias laborales que permitan que no se produzca un contagio.
Con respecto a las ITVs y talleres, Martín ha considerado importante su función en la seguridad vial. “Por eso nosotros recomendamos la reapertura inmediata”, ha dicho Martín que ha planteado diversas alternativas de seguridad, como que el conductor no salga del vehículo, de la misma forma que los operarios no entren en él. Además, tanto usuarios como empleados tendrán que llevar mascarillas, guantes y a partir de la reapertura de las ITVs, establecer una prórroga de seis meses para ponerse al día y evitar que se produzcan acumulaciones inmediatamente después de la apertura. Lo mismo en los talleres y concesionarios limitando la ocupación máxima y el empleo de mascarillas y guantes.
Con respecto a la actividad comercial, Martín ha planteado una apertura a partir del 11 de mayo limitando el aforo máximo del comercio en función de su tamaño, con una distancia de seguridad de 1,80 metros (unos 10 metros cuadrados), de tal manera que el aforo máximo sería el tamaño del local en metros cuadrados dividido por diez, con el uso de mascarillas y guantes para los clientes y empleados, así como disponiendo de geles desinfectantes a la entrada. Martín también considera necesario que los locales se desinfecten todos los días, así como los productos que se manipulen, igual que los probadores, que tendrán que desinfectarse después de cada uso y que habría que aplicar a los sistemas de pago automáticos.
En cuanto al transporte público el consejero ha propuesto un restablecimiento de las frecuencias y rutas previstas garantizando la distancia entre el conductor y los viajeros con la entrega ya realizada de 750 mamparas ligeras para taxis y VTC que separarán los habitáculos de ambos. Se establecerá en una primera fase la limitación de dos clientes por cada taxi y el 50 por ciento de la capacidad de los autobuses, también aislando al conductor del resto de los pasajeros y obligando el uso de mascarilla y guantes, excepto para el conductor que sólo lo usará para el cobro, no para la conducción si así lo desea el chófer, y la instalación de los medidores de temperatura en las estaciones de autobuses que tengan control de acceso con puertas, medidores que ya están licitados y adjudicados y que sólo falta que se suministre para que sean instalados.
Con respecto a la rehabilitación de viviendas, Martín ha recordado que hay 3.000 autónomos en casa motivados principalmente porque las obras generan uso de zonas comunes en los edificios de vivienda. El consejero entiende que es un problema que se puede solventar en los casos en los que la acometida de materiales se realice por medio de una grúa o elevador externo, y cuando existan dos elevadores, que uno de ellos se use exclusivamente para el traslado de los materiales, o bien, si se cuenta con un conserje en el edificio que éste pueda organizar el acceso de los trabajadores y desinfecte las zonas comunes. En esos casos, la Consejería propone que se requiera el permiso de la comunidad de vecinos. También que se autoricen los casos en los que sólo se necesite una única visita por parte del autónomo.
Con respecto a las actividades de la Administración, una vez controlada la escalada del virus Martín propone retomar el trabajo presencial, siguiendo los criterios de seguridad que marque Función Pública, para lo que se ha solicitado a todas las Consejerías un estudio de los puestos de trabajo, sobre todo aquéllos que requieren atención al público, que deberán tener mamparas, mascarillas, distancia social, disponibilidad de gel desinfectante y evidentemente manteniendo el teletrabajo para los que no se requiera la presencia física. También propone que se retome computar los plazos administrativos paralizados (órdenes, resoluciones, etc) que están paralizados y es necesario reactivar los cómputos, sobre todo en los supuestos de las ayudas.