Coincidiendo con el inicio en los colegios de Primaria del municipio de la Campaña de Salud Mental puesta en marcha por el Ayuntamiento de Castro Urdiales, hemos hablado en Castro Punto Radio con la concejala de Salud, Leticia mejías, y con la psicóloga encargada de los talleres que se imparten, Estrella Trobo.
Una campaña que incluye talleres de emociones y su gestión para los alumnos de 5º de Primaria y una charla sobre el apego seguro para las familias.
Trobo ha destacado como “con la pandemia, todos los problemas de salud mental se visibilizaron más”, aunque ha dejado claro que “siempre han existido”, pero “estamos tomando conciencia poco a poco y trabajando en ello”.
Algo que “se está notando mucho en los más pequeños que están normalizando estas situaciones y es algo que he visto en la primera sesión que hemos celebrado en los colegios. Cuando les hablas de emociones saben lo que son, distinguen entre unas cuantas y son conscientes de que quien les ayuda a gestionar este tipo de problemas es el psicólogo y no tienen reparo en decirlo”.
Mejías ha añadido que “todos tenemos que tener claro que la salud mental es una cosa de todos y no de locos y normalizar el comunicar que vas al psicólogo, de la misma manera que dices que van al dentista o al médico de cabecera”. En este sentido, “creo que es importante que personas reconocidas socialmente estén visibilizando sus problemas de salud mental y normalicen este tipo de situaciones”.
Han insistido en que “problemas mentales ha habido siempre y en la vida es imposible que no hayas tenido ansiedad, depresión, duelos, traumas o gestión de determinados sentimientos como para no tener que acudir a un psicólogo. Es lo mismo que decir que en tu vida has tenido que ir al dentistas”.
Centrándonos en los más pequeños, la psicóloga ha señalado que “saben reconocer las emociones, pero el problema viene con la gestión de las mismas y, cuando eso no se atiende, llegamos a la vida adulta con mucho problemas para trasmitirlas”. Ha mencionado que “toda la vida nos hemos visto limitados para ello, pero el ser humano va aprendiendo más y en la escala de las necesidades atendemos más a las emociones porque casa y comida tenemos”.
Ha destacado “la necesidad de no restar importancia a las preocupaciones que tienen los niños en función de su edad y enseñarles a manejar la frustración”. En este punto, ha lanzado un mensaje de apoyo a los padres porque “hay que ser lo suficientemente buenos, pero no perfectos. Nos vamos a equivocar, pero sí hay algo básico que es el apego seguro, que sean capaces de enseñar a sus hijos a regular las emociones y que tomen conciencia de que el niño que tenga esa capacidad va a tener relaciones más estables, menos estrés y más autoestima”.
En este punto, Mejías ha querido “lanzar un mensaje de apoyo a las familias porque nuestro objetivo con esta campaña es educar a los pequeños en este asunto, pero también dotar de herramientas a los mayores, que quizá no han tenido la oportunidad de contar con una educación en emociones que las siguientes generaciones van teniendo”.
En relación a esto, decía Trobo que “es importante la escucha activa. Parece que los asuntos de niños son sin importancia, pero en el fondo de cada cosa que les pasa hay mensajes”. Y ponía como ejemplo algunos de los casos planteados por los niños en el primero de los talleres impartido dentro de la campaña. “Decía uno que lloraba todas las noches porque cuando le daba un beso a su abuelo no sabía si iba ser el último, o una niña que tuvo ansiedad porque no pudo contactar con su familia que estaba en Valencia cuando se produjo la Dana. Algunos son muy maduros a nivel emocional pero no saben cómo gestionarlo”.
Y en este sentido, “es importante que lo expresen, aunque sea por escrito, con alguien, con la figura de apego que tengan. Y los padres tienen que ser capaces de escuchar y validar esas emociones, por ejemplo diciendo que es normal que se sienta así porque lo que le está pasando es importante para su edad”.
Por último, se ha referido a la importancia “de trabajar el apego seguro. Que los niños confíen en sus madres o padres a la hora de transmitir las emociones porque sepan que van a ser escuchados y entendidos”.