
Una vez se conozca el origen, «sabríamos quién es el competente para corregirlo». De todas formas, «supongo que el Ayuntamiento, por lo menos, abriría un expediente y a ver hasta dónde podemos llegar en nuestra responsabilidad».
Al margen de todo esto, Díaz-Munío ha dejado claro que «tenemos que garantizar que estas cosas no se repiten». Para ello, el Consistorio tendría más facilidades si el polígono industrial estuviera recepcionado, lo que facilitaría a la Administración Local «realizar un mejor control de las industrias».
El alcalde ha recordado que «en su momento, el Gobierno regional autorizó la instalación de una serie de empresas y no cumplen plenamente con la normativa». Bajo su punto de vista, lo que hay que hacer es «terminar de recepcionar ese polígono, algo que no se podrá hacer mientras la Consejería no finalice las obras marcadas en el convenio y que deberían haber estado listas hace un año».
Cuando esos trabajo finalicen y el Ayuntamiento se haga cargo de las instalaciones, «la responsabilidad nuestra y el margen de actuación serán mayores». Ahora bien, «en su momento, cuando se estaba negociando ese convenio, CastroVerde pidió que se incluyeran en las obras la instalación de arquetas de medición y control de residuos en las empresas. El anterior equipo de Gobierno dijo que eso ya se exigiría más adelante y todavía estamos en ello».
Lo que tiene claro el alcalde es que «o lo instalan ellos (Gobierno de Cantabria) o se lo tendremos que exigir nosotros» porque «no quiere decir que hubiéramos evitados los olores, pero sí sería más fácil averiguar su origen».