La hostelería del municipio, como era de esperar, ha notado la apertura de fronteras tras la finalización del Estado de Alarma. Pero ha sido un efecto discreto porque, al fin y al cabo, el cierre de interiores y la limitación de aforos en las terrazas permanecían sin cambios. Así que, mucha más gente paseando por las calles y caras que no se veían desde hace meses, pero ni mucho menos en la misma medida a la hora de consumir en nuestros establecimientos hosteleros.
Y, por supuesto, la gran diferencia ha residido en los botellones multitudinarios que se organizaron pasada la medianoche del sábado, mientras estos negocios ya estaban cerrados a las 22.30 horas. “Parece que volvemos a empezar”, señalaba Alberto Vizán, profesional del sector en Castro. “Se ha notado la apertura de fronteras y esperemos que siga así, pero con control por parte de todos. Lo ves después de tanto tiempo de restricciones y puedes pensar que es lógico aunque no lo es. Esperemos que lo de este fin de semana no se repita. La enfermedad sigue ahí, no hemos acabado con ella y hasta que no tengamos la inmunidad de grupo que necesitamos no podemos tener esos comportamientos”.
Respecto a los parámetros que las autoridades regionales utilizarán para decretar medidas a partir del miércoles en cada municipio, Vizán señalaba que “más restrictivo que ahora en Castro es que nos cierren” y hacía referencia al dato de hospitalización: “A medida que se va inmunizando a las personas mayores, el contagio se va produciendo en gente más joven que no tiene el mismo riesgo de hospitalización. Entonces sí que podemos estar en niveles muy altos de contagio”, al margen de lo que reflejen los datos de los centros hospitalarios.
Por su parte, José Antonio Muñoz ‘Choche’ se refería a los botellones asegurando que “las cosas ocurren por algo. Si ha pasado se habrán hecho las cosas mal, habrá algún culpable y era de esperar, ha pasado en todas partes”.
Choche lamentaba que los negocios de hostelería lleven 14 meses con medidas y protocolos, mientras que de otros, como los supermercados, “se han olvidado”. Respecto al comportamiento ciudadano, señalaba que “hay de todo. Gente que lo hace bien y gente que lo hace mal; políticos que lo hacen bien y otros que les pillan fumando en una terraza. Cómo vas a criticar a un chaval si el líder de la región se fuma un puro. A los chavales hay que entenderles. Tenemos que acordarnos de cuando teníamos 20 años”.
De cara a los próximos días, señalaba que “nos puede pasar que nos cierren. Tienen todos los factores para hacerlo pero estamos así y no hay más”.
Otro caso es el de establecimientos como el Hotel Las Rocas. Su director, Leonardo Cagigal, nos contaba que desde que se supo que no se prolongaría el Estado de Alarma “ha habido un repunte en las llamadas telefónicas y algunas reservas ya para junio o algún fin de semana de mayo. Pero hay que esperar para saber si son reservas en firme o se convertirán en anulaciones”
En este sentido explicaba que “hay clientes que están esperando a la evolución de la situación, al margen de que esté permitida la movilidad entre autonomías. La gente empieza a mirar fechas, a reservar, pero se concretará más en los próximos días. Sobre todo por el cierre interior de la hostelería. Nosotros para servir un desayuno o una cena tenemos que hacerlo en las habitaciones. Hay clientes que no quieren una situación en la que no puedan cenar en un restaurante o comer en un interior y no depender de si hace bueno o llueve”.
El hotel ha registrado “una ocupación ridícula en los meses de invierno y hemos hecho un gran esfuerzo apostando por permanecer abiertos y dar servicio”. Respecto a las medidas que Cantabria vaya implementando a partir de mañana en cada municipio, en función de su nivel de riesgo, “hay que dormir con el BOC”, aseguraba. “Habrá que ir solucionando las cosas de un día para otro. Me gustaría empezar a trabajar lo máximo cuanto antes, pero en unas condiciones con las que no haya vuelta atrás. No podemos salir todos y que se produzca otro repunte”.