23 FEBRERO 2016 /
EL RADAR UBICADO A LA ALTURA DE MIOÑO, DIRECCIÓN SANTANDER, HA SIDO EL QUE MÁS INFRACCIONES HA REGISTRADO EN CANTABRIA EN UN AÑO
La Dirección General de Tráfico ha hecho balance anual de la actividad en cuanto a los radares fijos que vigilan las carreteras de Cantabria. Los datos reflejan un total de 41.186 conductores sancionados en los 8 radares fijos que hay en la región. De ese número de infractores, 11 han tenido que pagar multas de 500 euros, además de perder seis puntos en el carné de conducir, al sobrepasar la velocidad permitida en 60 kilómetros hora. De ellos, 9 conductores han sido fotografiados en el radar de Saltacaballo (tramo entre Ontón y Mioño), mientras viajaban dirección Santander a más de 160 kilómetros por hora.
El responsable de la DGT en Cantabria, José Miguel Tolosa, ha reconocido en Castro Punto Radio que “éste es un tramo que nos preocupa porque vemos que de esas 41.186 denuncias en Cantabria, unas 13.000 se han producido ahí, lo que supone prácticamente un tercio del total”. En cualquier caso, “el grueso de ellas, más de 11.000, estaban en el primer escalón de los excesos de velocidad más pequeños y multas de 100 euros”. También es cierto, por otra parte, que “en el grupo inmediatamente anterior a las sanciones más graves, es decir, aquellos que superan la velocidad en 50 kilómetros por hora, ha habido 17 sanciones en ese punto”, ha señalado Tolosa.
Con todo esto, la DGT quiere reforzar la presencia de vehículos de la Guardia Civil patrullando esa zona, con o sin radar móvil, “para intentar reducir la velocidad porque hay un problema en ese tramo”, que durante el año pasado registró una media de 36 multas diarias, siendo el que más sanciones ha sumado en el global de la Comunidad Autónoma.
Como ha dicho Tolosa, esos excesos de velocidad a la altura de Saltacaballo, se dan también en sentido contrario. Precisamente ha adelantado que la puesta en marcha del radar en dirección a Bilbao es inminente. “Ya lo tenemos a punto y me podrían avisar mañana mismo de que vienen los técnicos del Centro Nacional de Metrología para hacer la firma de la homologación última”.
Se trata de puntos en los que los accidentes se suceden durante el año. La DGT entiende que el principal problema es “el exceso de velocidad o el no ir a la velocidad adecuada a las condiciones de la carretera en cada momento”. No obstante, ha reconocido también que “es una autovía de las más antiguas y el trazado tiene una cierta dificultad. Ante eso poco podemos hacer, salvo actuar sobre el asfalto como ya está haciendo la Demarcación de Carreteras. Se ha granallado una parte del asfalto para conseguir mejor adherencia y el compromiso de Carreteras es seguir y hacerlo en prácticamente todo el tramo”.
En la imagen, el radar en dirección a Bilbao que entrará en funcionamiento en breve.