18 FEBRERO 2016 /
El próximo miércoles, coincidiendo con la visita del delegado del Gobierno en Cantabria, Samuel Ruiz, y de mandos regionales de la Guardia Civil para participar en la Junta Local de Seguridad, se va a celebrar también otra cita. Será tras la junta y en la Casa Cuartel. El castreño Javier Garay va a ser condecorado con una Encomienda Especial de Protección Civil por su hazaña de 1998, cuando rescató a un joven que se había caído al mar en la zona trasera de Santa María.
El propio Garay ha echado la vista atrás hoy en Castro Punto Radio, recordando lo que sucedió aquel 12 de octubre de 1998, siendo él por entonces coordinador general de Cruz Roja del Mar. “Estaba lloviendo y se estaba echando la noche. Acababa de salir de un funeral en Santa María y estaba en el pórtico. De pronto escuché unos gritos de auxilio que venían de la parte de atrás y cuando me acerqué, un chaval me dijo que su amigo se había caído al agua”.
Ha reconocido que en aquel momento no pensó en el peligro. “Mi hijos andaban también por allí y, no sé, me vino todo a la cabeza y me tiré”. Cuando llegó hasta el joven, éste estaba muy magullado y “le hice un torniquete en el agua”.
En este punto, un cúmulo de circunstancias hicieron peligrar la vida de ambos. Y es que, Garay ha querido hoy sacarse un espinita que tenía clavada desde entonces. “Previamente a tirarme al agua, mandé unos emisarios al muelle, donde debía estar el vigilante de Cruz Roja, para que mandaran una lancha. Esperé en el agua media hora y nunca llegó”. Como ha contado hoy Garay, “el chico que debía estar en ese puesto tenía novia y se fue, abandonó el lugar”. Garay ha lamentado que “en aquel momento tuve que decir en el expediente, porque me lo impuso la dirección de Cruz Roja, que la lancha no llegó por un error técnico. Esto ofendió al chaval que se encargaba del mantenimiento de las embarcaciones por decir una mentira”.
Una vez fue consciente de que la lancha no iba a llegar y exhausto y con frío, “opté por subir por las piedras de mala manera. Presté mi cuerpo para que el chico se apoyara en mí y fuera subiendo, rompiéndome los meniscos. Un poco más arriba, ya le pudo atender la Guardia Civil”.
Garay salió maltrecho tras ese rescate pero “lo peor fue el agua que tragué y que en esa zona era fecal. Estuve mal durante un tiempo”.