30 AGOSTO 2015 /
Un grupo de jóvenes estudiantes castreñas están impartiendo a otros alumnos del municipio clases de refuerzo, recuperación y apoyo escolar de cara a los exámenes de septiembre. Esta iniciativa de voluntariado educativo ha sido acogida y apoyada por el Ayuntamiento de Castro Urdiales a través de las concejalías de Educación, Asuntos Sociales y Juventud, celebrándose las sesiones en el Centro de la Juventud “El Camarote” en horario de mañana, de lunes a viernes, y continuará hasta mediados de septiembre.
La experiencia comenzó el verano pasado, cuando otro grupo de jóvenes voluntarias realizó una actividad educativa con alumnado de Primaria que necesitaba un refuerzo escolar. En aquel momento fue Mayte Suárez, la profesora de esos estudiantes durante el curso escolar en el Colegio Arturo Dúo, la que sugirió, organizó y coordinó dicha iniciativa que también tuvo lugar en “El Camarote”, y este año se ha sumado María Jesús Calavia, docente del IES Ataúlfo Argenta.
Con esta iniciativa se combinan procesos de aprendizaje y de servicio a la comunidad, al trabajar en necesidades reales del entorno y uniendo educación y compromiso social. Según sus promotoras, “ayudar a otros es uno de los métodos de aprendizaje más eficaces, ya que permite encontrar sentido a lo aprendido y aplicarlo”. “Este grupo de jóvenes han puesto sus capacidades y mejores cualidades al servicio de los demás, llevando a cabo una labor de gran utilidad social de forma altruista y solidaria y, además, permitiéndonos mejorar la percepción social de esta juventud, que son potenciales ciudadanos en activo”, explica Mayte Suárez.
El Ayuntamiento de Castro Urdiales también quiere agradecer la implicación y el trabajo de las tres voluntarias que este verano han colaborado en la atención del comedor escolar para niños de familias con dificultades económicas, sociales o personales. Esta iniciativa, promovida por la Concejalía de Asuntos Sociales en colaboración con la de Educación, se está desarrollando en las instalaciones del Colegio Campijo, cuyo personal de conserjería también ha colaborado, hasta principios de septiembre. Las voluntarias se sienten “satisfechas y orgullosas” de haber podido ayudar en esta labor y animan a otras personas a participar en este tipo de acciones “que demuestran que existe en nuestra ciudad un gran potencial de solidaridad y calidad humana”.
En las imágenes, el grupo de voluntarias educativas y las del comedor escolar de verano.