9 MARZO 2018 /
Juantxu Bazán, como responsable de Medio Ambiente de EQUO Cantabria, ha registrado un escrito en el Ayuntamiento de Castro Urdiales en el que denuncia el “arboricidio” llevado a cabo en la finca de la Casa Garma, ubicada en el paseo Menéndez Pelayo, y propiedad de Promociones Paraíso-Inmobiliaria Izarra, en la que el jardín “ha quedado despejado de vegetación y desnudo” después de que “se haya matado un hermoso ejemplar de cedro al que le costó cien años llegar a alcanzar su magnífico porte. También se ha talado un magnolio, una hermosa yuca de casi un metro de diámetro de tronco, y dos palmeras. Todos los árboles se encontraban en perfecto estado de salud”. La tala de la mayor parte de estos ejemplares tuvo lugar el pasado 12 de enero.
Bazán pide al Ayuntamiento “que se actúe en consecuencia”. En concreto, se solicita “la apertura de un expediente sancionador y de restauración de la legalidad”. Reponer los árboles talados, tal y como estaban, “es imposible” pero Bazán reclama que “se compense el estropicio ambiental con la plantación de especies de similar porte y características, de tal forma que, de alguna manera, la cantidad de vegetación plantada vuelva a cumplir su función benévola para el medio ambiente, en las mismas condiciones que lo hacían los árboles anteriores”.
El siguiente paso para que un caso similar no se vuelva a producir, y también se pide al Consistorio en el escrito registrado, “es aprobar una ordenanza municipal de protección del arbolado urbano y desempolvar y actualizar el inventario de arbolado autóctono realizado hace diez años”. Todo con el fin de “proteger todo ejemplar que tenga más de 20 años o un tronco de más de 20 centímetros de diámetro, porque ya es paisajística y ambientalmente muy valioso”.
En declaraciones a Castro Punto Radio, Bazán ha recordado cómo “por el año 2013, se hizo público que esta casa se iba a convertir en un hotel de lujo”. Una iniciativa “de Promociones Paraíso-Inmobiliaria Izarra” que califica de “buena y que garantiza el sostenimiento de un excelente edificio, uno de los ejemplos importantes de arquitectura ecléctica”.
El valor arquitectónico del inmueble, según Bazán, “se realzaba con el jardín en el que crecía una vegetación que embellecía la casa y el entorno, contribuyendo a conformar un medio urbano amable con la naturaleza”. Una situación que “ha cambiado hace unas semanas con esa tala”.
Ignora este castreño “cuál es el sentido práctico de esta barbarie” pero destaca que “el resultado es un edificio y un entorno menos valioso, ecológicamente devaluado, en un escenario menos bello”. Considera también que “la imagen de Inmobiliaria Izarra-Promociones Paraíso sale peor parada, el futuro hotel menos promocionable y, por lo tanto, la actuación, además de salvaje, es estúpida”.
La única justificación “hubiera sido la enfermedad de los árboles, pero nada presume enfermedad de los mismos y, si ese hubiera sido el problema, es sabido que las enfermedades se tratan y los árboles curan. Por lo tanto, no hay justificación posible para esta tala”.
Deja claro Bazán que “a los árboles no se les puede matar aunque sean de nuestra propiedad” y explica que, “para talar un árbol, lo primero que hay que hacer es pedir permiso al Ayuntamiento para obtener la licencia. La administración local debe examinar si el ejemplar está o no protegido y las condiciones para poder llevar a efecto la tala”. Ignora si Promociones Paraíso solicitó tal permiso, “pero si ha sido así, alguien ha metido la pata por concedérselo”.
Y es que, “la Casa de Garma, al ser un edificio protegido, también está protegido su jardín. Así lo dice el PGOU (Plan General) en el Catálogo de Protección del Patrimonio Arquitectónico y Arqueológico que, en su memoria, señala que además de protegerse el edificio, se hace lo propio con la parcela” (se adjunta el documento).
Por lo tanto, “la tala de los árboles de la finca, propiedad de Promociones Paraíso es, además de un acto contrario a las buenas costumbres, una infracción urbanística que debe tener consecuencias”.
Insiste que la tala de árboles “está regulada entre las actividades que deben someterse a licencia”, por lo tanto, “éste es un hecho que no debiera escapar al control de nuestras autoridades municipales”.
En este sentido, muestra su “perplejidad” por el hecho de que “este comportamiento no haya llamado todavía la atención de nadie, tampoco del departamento de Urbanismo que tiene sus despachos a cien metros del lugar de los hechos. Cómo es posible que el departamento que tiene que velar por la legalidad urbanística, no haya percibido lo que es una infracción urbanística y de la Ley del Suelo, que es la que obliga a respetar los planes generales y los entornos que protege”.
Cree que “hay un prejuicio, incluso extendido entre los técnicos, de que como es un árbol privado en finca privada el propietario puede hacer lo que le parezca, y no es así”.
Lamenta Bazán que “éste no es el primer arboricidio producido en Castro” pero espera que “sea el último tan grave y flagrante”. Para ello, “es menester que nuestras autoridades se ocupen de dar a los árboles urbanos la importancia que tienen para el bienestar de las personas y de los animales, para mejorar la calidad de vida del ecosistema urbano”.
El caso es que “el arbolado urbano, a pesar de su importancia para nuestras vidas, está desprotegido”.
Ofrecemos varias imágenes: del día de la tala (12 de enero), cuando todavía se conservaba parte del tronco del cedro; de días después, ya totalmente cortado; y la situación de la finca previa a la tala, con todo su arbolado.