8 MARZO 2016 /
El pasado viernes la familia propietaria del ‘quiosco de Marquitos’ procedía a la retirada de la instalación ubicada en La Plazuela desde los años 80. Como la propia familia ha explicado en Castro Punto Radio, fue en los tiempos de Manuel Gutiérrez Elorza como alcalde cuando se les otorgó una concesión administrativa que era por 5 años, un detalle que estos castreños aseguran que no han sabido hasta hace poco tiempo.
En concreto, tras el cierre del quiosco en 2013, se colocó el cartel de traspaso y una persona mostró su interés en montar un puesto de bebidas. Fue en ese momento cuando “el Ayuntamiento dijo que no se podía hacer nada porque la concesión había caducado”. Pese a eso, “hemos estado pagando los impuestos correspondientes, unos 1.300 euros anuales, hasta el pasado mes de enero”.
Isabel González Sisniega, miembro de esta familia (en la foto), ha explicado los motivos que les han llevado a retirar la instalación de la vía pública. Como ha detallado, “mi pareja y yo nos quedamos en el paro y mostramos interés en gestionar esta instalación y pedir una concesión para ello”. Se puso en contacto con el Ayuntamiento “y me tienen nueve meses de un lado a otro, poniéndome todo muy bonito y diciéndome que no me preocupara para finalmente comentarme que la explotación de ese quiosco se va a sacar a concurso”. Es entonces cuando Isabel recuerda al Consistorio que el suelo es público pero que la instalación es propiedad de la familia.
A partir de ahí, “me dicen que lo van a agilizar, que van a mirar para dármelo, mantengo varias reuniones con el alcalde y todo es que sí pero sigo esperando. Piden tiempo porque aseguran que acaban de entrar en el Ayuntamiento, luego que el responsable de Contratación está de vacaciones, cuando se incorpora a su puesto este técnico, me aseguran que todo está bien y que se me puede conceder y que le han dado la orden para que se agilice. Pese a todo, no vuelvo a saber nada”.
Así las cosas, “consigo contactar con la persona de Contratación que me comunica que lo que le ha dicho el alcalde es que lo mire y punto. Me dice que va a salir a subasta y que como probablemente se va a hacer una obra y se va a peatonalizar la zona, que quizá me obliguen a cambiar el quiosco porque no encaja”. Isabel no puede invertir en algo así y la familia traslada al Ayuntamiento que “la dueña, si no se me daba a mí, iba a retirar la instalación”, algo que finalmente y, tras meses de espera, se ha hecho.