4 AGOSTO 2017 /
La vicepresidenta de la protectora de animales Aspacan, Tatiana Nikolayev considera que “en Castro se recogen al año más perros abandonados que los 40 o 50 casos que, según el veterinario municipal, han llegado al Ayuntamiento”.
Y es que, “no sé si porque la gente está muy concienciada o porque no están seguros del destino que tendrá los animales si los entregan al Consistorio, en ocasiones prefieren quedárselos o buscar por su cuenta una familia de acogida”.
Si no es ésa la explicación de porqué el Ayuntamiento tiene contabilizados menos de los que Tatiana entiende que se abandonan, “no tengo otra porque 40 o 50 son muy pocos teniendo en cuenta la cantidad de ellos que hay en Castro”.
En cuanto al maltrato animal, “aunque no haya habido últimamente casos que hayan trascendido en los medios, sólo hace falta ir a alguna pedanía para ver perros con enfermedades de piel, encadenados toda su vida, con correas cortas, sin casetas, comiendo pan duro, viviendo en malas condiciones y sin ningún tipo de control veterinario. Eso yo lo considero maltrato. Hay casos también de perros que viven en balcones o terrazas. Nos llegan quejas en este sentido, lo que no sé es cómo lo soluciona el Ayuntamiento”.
Un asunto que ha vuelto a generar debate en los últimos días tiene que ver con la entrada de perros a las playas, estando prohibido entre los meses de mayo y septiembre. Según Tatiana, “un porcentaje muy alto de las personas que incumplen la normativa son turistas y, muchas veces, no están informados o no quieren estarlo”. En cualquier caso, no está de acuerdo con que la prohibición de acceso “sea tan tajante”. Ha recordado que “hay ciudades en las que los perros no pueden acceder en el horario que está el socorrista y sí una vez se va. Otras en las que se permite que pasen los animales a cierta hora de la noche”. Considera que “si queremos conseguir eso, no es metiendo a nuestro perro de forma irregular, sino presentando quejas al Ayuntamiento, pidiendo que se nos escuche y logrando que la raíz del problema derive en una convivencia buena para todos”.
Es consciente de que “hay gente que es muy incívica y todos tenemos que tener tolerancia cero contra ellos”. Pero ha añadido que “también contra los que dejan botellas en las playas, porque no se recalca tanto la suciedad por el uso humano. Hay que incidir en todo: en relación a las cacas de los perros que nos molestan a todos, pero también a la basura que dejan las personas”.