Los órganos judiciales de Cantabria recibieron 333 demandas de disolución matrimonial a lo largo del tercer trimestre de este año, lo que supone un aumento del 31,6% respecto a las presentadas en el mismo periodo de 2019.
Este incremento en el número de demandas de disolución matrimonial representa el doble del experimentado en el conjunto del país (16,6%).
El impacto de la crisis sanitaria causada por el covid-19 se hizo notar a la baja en las demandas de disolución matrimonial presentadas en los dos primeros trimestres de este año, que se redujeron un 22 y un 32 por ciento respecto a los datos registrados en esos mismos periodos de 2019.
Ahora, al analizar el tercer trimestre se observa un repunte, con un número mayor de demandas de disolución que las presentadas en los trimestres anteriores (333 frente a 289 de enero a marzo y 236 de abril a junio), y también superior a las que se presentaron durante el verano de 2019 (253).
Estos datos se desprenden del informe que trimestralmente elabora el Servicio de Estadística del Consejo General del Poder Judicial.
Poniendo en relación las demandas de disolución matrimonial con la población, Cantabria registró 5,7 procedimientos de este tipo por cada diez mil habitantes, una tasa superior a la media de todas las comunidades autónomas (5,4). Y es que Cantabria se encuentra solo por detrás de Canarias y Comunidad Valenciana (6,6), Baleares (6,1) y Andalucía (5,9).
Por partidos judiciales, en Castro Urdiales, los juzgados registraron 27 demandas de disolución matrimonial (15 divorcios de mutuo acuerdo y 12 contenciosos).