13 MAYO 2016 /
Los empresarios de barracas que llevan años participando en las fiestas de la Semana Grande y el Coso Blanco, no están dispuestos a venir a Castro si tienen que instalar sus atracciones en la nueva ubicación decidida por el equipo de Gobierno, en la explanada frente al polideportivo Pachi Torre.
Así lo ha dicho en Castro Punto Radio José Manuel Nieto, barraquero y portavoz de 10 empresarios de los que han sido habituales hasta ahora en el municipio y que no están por la labor de ocupar ese espacio al entender que “no cumple con las normas necesarias para la colocación de este tipo de instalaciones”.
Así lo sostiene también el ingeniero de la empresa que hace el control de las barracas de estos empresarios y se encarga de certificar todos los años esta instalación en Amestoy. Como ha dicho Nieto, “no va a certificar la ocupación de la nueva parcela”, lo que conllevaría varias consecuencias. Y es que si no existe dicha certificación, no hay Licencia de Apertura y si ocurre cualquier cosa las compañías aseguradoras tampoco responden.
Estos feriantes defienden que “no podemos colocar nuestras barracas en un sitio que es inadecuado” y consideran que los trabajos de adecuación que se están haciendo “no son suficientes porque esa parcela no va quedar lisa y va a tener pendiente como para que un camión no pueda subir”. Además, “cuando llegas a la parte de arriba es todo grijo y si metes un camión se va a empezar a escarbar. Tampoco se puede hacer maniobra porque no hay espacio y son vehículos de 22 metros de largo”.
Este portavoz ha explicado también que el ingeniero se ha reunido con la concejala de Festejos, Ainhoa Pérez, que es conocedora de que “la parcela no cumple con la normativa y que no es viable”. En cualquier caso, “de momento no ha dicho nada y está todo en el aire”.
Nieto ha dicho que sí es posible que pudiera venir otro ingeniero a hacerlo porque “por dinero puede venir cualquiera” pero entiende que “ése no es el tema, sino que lo haga el que lo tenga que hacer y cobrando el dinero que tiene que cobrar normalmente. No se trata de que venga uno y porque cobre más lo certifique”.
El lunes acaba el plazo dado por el Ayuntamiento para presentar solicitudes a la instalación de barracas y a día de hoy, estos empresarios no tienen intención de venir a Castro. Podría hacerlo algún feriante no habitual “y que no conozca el problema”, algo que será también difícil teniendo en cuenta que “tenemos contacto entre nosotros”.
Los barraqueros quieren hablar con el Ayuntamiento y tratar de reconducir la situación, negociando la posibilidad de volver a Amestoy o “a un lugar adecuado y cercano”. Para ellos es una faena también no poder participar en las fiestas castreñas porque “la mayoría vamos a quedarnos parados esas fechas por culpa del tema, ya que en otras ciudades el terreno está ocupado por otros compañeros”.
Para terminar, Nieto ha recordado el importante desembolso económico que les supone instalarse en Castro con un coste de 7.000 euros aproximadamente en el caso, por ejemplo del Saltamontes. “Es muchísimo dinero pero abajo lo podíamos soportar”. Se ha quejado también de que “en ningún momento se haya consultado nuestra opinión sobre el cambio de ubicación, sino que se nos haya dicho que vamos allí y punto”.