7 NOVIEMBRE 2018 /
Desde hace días son muchas las noticias que están surgiendo sobre el desabastecimiento de varias marcas de medicamentos, de uso muy común, que están sufriendo las farmacias españolas. Marcas como el anticoagulante Adiro o el analgésico para niños Dalsy.
Hemos querido saber hasta qué punto ese desabastecimiento debería preocupar a la ciudadanía y, para ello, hemos hablado en Castro Punto Radio con Ricardo Díaz-Munío, farmacéutico en ejercicio en Castro, miembro del Colegio de Farmacéuticos de Cantabria e integrante de una distribuidora de medicamentos.
En Cantabria se habla de aproximadamente unas 50 marcas que están en situación de desabastecimiento. Según Díaz-Munío, “sanitariamente hablando, no tiene una importancia tan grande porque hay otros medicamentos iguales que se pueden despachar”.
Este farmacéutico ha señalado que problemas de desabastecimiento “se dan muchas veces”, con la diferencia de que, en esta ocasión, “en esa lista de 50, hay unos pocos que son muy conocidos, se llevan usando mucho tiempo y el paciente es reacio a cambiar aunque haya otro genérico”. De ahí que este problema, “bastante habitual”, se haya hecho más visible.
Desde los laboratorios, “normalmente justifican esta falta de abastecimiento en problemas de fabricación”. En el caso de Dalsy, se suman “temas económicos también porque era un producto que antes estaba financiado por la Seguridad Social y costaba 2.50 euros. Ahora no lo está y su precio es de 7.50, además de que el envase es más pequeño”. A todo esto se añade el hecho de que, “de este producto, hay 12 o 14 marcas en el mercado”.
Desde hace tiempo, según Díaz-Munío, “hay laboratorios que no sirven las cantidades suficiente para abastecer a las farmacias de ciertos medicamentos”. Una de las razones “puede ser que estén dando más prioridad a la fabricación de otros y luego también hay productos que son de multinacional y se venden en España y otros países. Aquí son más baratos y, cuando hay problemas de abastecimiento, lo que hay se lleva a los países donde se venden más caros”.
Ante la ausencia de ciertas marcas de medicamentos, Díaz-Munío ha señalad que, “en la mayoría de casos, en las farmacias se puede dar una solución porque hay sustitutos”. De no haberlos, “hay que acudir al médico para que dé una alternativa”.
Para terminar ha afirmado que los clientes en la farmacia no se muestran preocupados pero “les es difícil entender que no haya un medicamento que llevan usando muchos años y que les tienes que dar otro”.