A estas alturas de la pandemia parecía que todos teníamos más o menos claras las características de las mascarillas, para que sirve cada una de ellas e interiorizado lo dicho por las autoridades sanitarias de que las quirúrgicas eran suficientes. Pues bien, en las últimas semanas varias comunidades autónomas se están planteando la posibilidad de implantar la obligatoriedad de usar las FFP2, al menos en espacios cerrados porque, parece ser que las quirúrgicas no protegen lo suficiente.
Sobre todo ello hemos hablado en Castro Punto Radio con el farmacéutico castreños, Ricardo Díaz-Munío. Como ha dicho, “nos van cambiando las normas todo el tiempo y, poco a poco, también se va a aprendiendo más sobre el virus”.
Considera que “lo que ha cambiado en esencia desde hace unos meses es el hecho de que ahora se le da mucha importancia al tema de los aerosoles, la trasmisión por esas partículas que quedan en suspensión en el aire. Por tanto, pasan a tener más importancia las mascarillas FFP2 que protegen más de esos aerosoles en espacios cerrados, donde el flujo de aire es menor”.
Ha explicado que la principal diferencia entre las mascarillas quirúrgicas y las FFP2 “es que el poro del filtro de las segundas es más pequeños y, por tanto, es menor la posibilidad de que entren esos aerosoles. Por otro lado, la quirúrgica, cuando se hizo en su día, estaba pensaba más para bacterias, que son más grandes que los virus. Tampoco es lo mismo lo que ajusta la FFP2, que se pega muy bien a la cara, que la otra que deja huecos por los laterales”.
Con todo, “lo adecuado en teoría, después de meses de pandemia y estudios, es el uso de la FFP2 en espacios cerrados, medios de transporte… Es más incómoda porque, cuanto más filtro te pongas, en más complicado respirar, pero protege más en esos espacios cerrados. Si estas en la calle, donde corre el aire y los aerosoles bajan al suelo antes, la quirúrgica parece ser suficiente”.
Otra cuestión a tener en cuenta en cuanto a este asunto es que, “aunque el precio de las FFP2 ha bajado bastante desde los primeros meses de la desescalada, son aún más caras que las quirúrgicas”. En este sentido, entiende Díaz-Munío que, si las autoridades obligaran a su uso en espacios cerrados, “deberían plantearse bajar el IVA como se hizo con las quirúrgicas”.