Los trabajadores del sector de la alimentación están viviendo la crisis del coronavirus “con mucha preocupación, sobre todo por el tema de las medidas de seguridad en los supermercados, que se están implementando muy poco apoco. Las empresas se han visto desbordadas y están tomando esas medidas, que se reciben con cuentagotas”.
Así lo ha señalado en Castro Punto Radio Francisco Escudero, miembro del Comité de Empresa de Lupa por CCOO (Comisiones Obreras) y delegado de prevención.
Ha recordado cómo, “cuando se decretó el estado de alarma, los trabajadores no tenían ningún material de seguridad y fueron días que coincidieron con la mayor avalancha de clientes. Estuvieron desprotegidos durante prácticamente una semana en la que el número de compradores se multiplicó por cinco”.
Ahora, “la situación se ha normalizado bastante, se están colocando protectores de plástico en las cajas registradoras y tienen guantes y mascarillas”.
Pese a estas medidas, “aún hay inseguridad”. Y es que, “no hay que generalizar, pero sigue habiendo clientes que no respetan las recomendaciones de seguridad o las distancias. A eso se suma la preocupación de volver a casa y poder trasmitir el virus a algún miembro de la familia”.
Escudero ha señalado que los centros logísticos, en los que se almacena los productos, “están repletos. No hay carencia de nada. Lo que pasa es que no hay personal para poder surtir cuando la demanda se ha multiplicado por tres. Hay supermercados que suelen recibir un camión diario y ahora están con tres al día. No hay personal ni para trasladarlo ni para colocarlo. Hay trabajadores que se están quedando a puerta cerrada, fuera de su jornada laboral, para colocar”.
El personal de estos establecimientos “queremos hacer menos viajes al centro de trabajo y estamos pidiendo jornadas continuadas y, a ser posible menos horas de apertura al público. No nos negamos a trabajar, pero preferimos quedarse a puerta cerrada colocando y estar menos tiempo expuestos”.