11 ENERO 2018 /
Malestar entre los vecinos de Allendelagua a raíz de un nuevo proceso de regularización que se está llevando a cabo en el cementerio de este barrio castreño. Una regularización que tiene que ver con la titularidad de las diferentes sepulturas y que trae consigo el pago de 60 euros por cada una de ellas.
Los vecinos se sienten engañados y no entienden el porqué de este proceso cuando defienden que fueron ellos mismos o sus padres o abuelos los que, en su momento, pagaron la construcción de las sepulturas y cuando tienen en su poder un documento de compra-venta (en la imagen) de los terrenos sobre los que se asientan los nichos, firmado por el entonces párroco y con sello de la Parroquia de San Marcos de Allendelagua.
Sobre este asunto hemos hablado en Castro Punto Radio con el actual párroco del barrio, Antonio Arribas. Ha comenzado explicando que “esos documentos que están sellados por la Parroquia y firmados por el anterior párroco son de los años 70 y se expidieron desde la Parroquia y no del Obispado. Sucede lo mismo en todas las parroquias de este municipio, pero en el resto de lugares de la región, son títulos expedidos por el Obispado y tenían, digamos, una legalidad y no el cura por su mano mayor hace un documento”.
Entiende Arribas que pueda haber vecinos que se sientan engañados tras pagar un dinero por la compra de una parcela, “pero es que no se procedió a ninguna venta, aunque en el documento ponga compra-venta, porque tendría que haber habido una enajenación de terreno ante un notario o lo que fuese. Por tanto, lo que se hizo fue una concesión de una parcela”.
Los afectados acuden donde Arribas con ese papel en la mano y “yo lo único que les puedo decir es que eso es un previo y ahora hay que ponerlo en regla porque el artículo 18 de la normativa de cementerios parroquiales establece que, para que tengan validez, todos los títulos de concesión deben estar firmados y sellados por el Obispado y, este caso, no se cumple. Estamos hablando de una normativa aprobada por Sanidad, que mandó a una inspectora que se reunió conmigo y fue la que ordenó que éste y otros asuntos se pusieran en regla”.
Ha insistido Arribas que “lo que tienen esos vecinos es una concesión de un terreno y sobre él se edificó y se hicieron unos nichos que hay que regularizar”. La construcción de los mismos “la pagó cada vecino y la concesión ya la pagaron como acredita este documento que, aunque no tiene validez frente al Obispado, se va a tener en cuenta. Falta la titulación de las sepulturas”, un proceso que conlleva un único pago, por cada una de ellas, de 60 euros, 50 de los cuales van para la parroquia y 10 son para el Obispado en concepto de derechos de secretaría, como ha explicado Arribas, dejando claro que “ese dinero se ingresa y queda reflejado en los balances y hay que dar cuenta ante el Gobierno de Cantabria”.
Con ese trámite, el nicho se pondría a nombre de un titular, debiéndose repetir el proceso al fallecimiento del mismo para ponerlo a nombre de otra persona.
Arribas ha defendido que “lo que buscan estos títulos es el bien común porque intentan respetar unos derechos que adquiere el titular”. Y es que, por ejemplo, “para exhumar un cadáver tendría que pedirlo el titular del nicho y ahora no consta por lo que, cada vez que se pide una exhumación yo rezo para que sean familiares y ese nicho sea suyo. Cada capacidad de enterramiento tiene que estar regulada”.
Supone el párroco que a esos vecinos “nadie les había dicho nunca que había que hacer esto. No lo sé. Si no lo sabían no son culpables”. Por eso, “yo les he dicho que si el que construyó ese nicho aún está vivo y lo ponen a su nombre, sólo les cobro los 10 euros de derechos de secretaria. Ahora bien, si hay un cambio de titularidad, ya no puedo y tendrían que pagar los 60 euros”.
Esta regularización y otras que tienen que ver con planos de los cementerios o registros con las personas que están o estuvieron en cada una de las sepulturas, se están realizando, además de en Allendelagua, en Otañes, Islares, Montealegre, Cerdigo y Talledo”.
