La costera de la anchoa comenzaba para el sector pesquero con mucho optimismo, teniendo en cuenta el aumento importante en las cuotas, después de años de limitaciones. No falta la incertidumbre habitual sobre las cantidades que llegarían o los precios en los que se movería el kilo.
Pasadas varias semanas desde el inicio de la campaña, los datos no son nada buenos. El vicepresidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Cantabria y Patrón Mayor de Colindres, Sergio Valle, ha trasladado en Castro Punto Radio “la gran preocupación que tenemos porque, por el momento, la cantidad que está llegando es muy poca y de un tamaño bastante pequeño”.
De hecho, desde el pasado 4 de marzo hasta día de hoy, apenas se ha completado el 9% del cupo asignado a todo el Cantábrico Noroeste, cuando el año pasado, a estas alturas, nos movíamos entre el 17 y el 20%”.
Además, “el 90% de lo capturado ha ido para fresco porque era muy pequeño”. La escasez de producto está provocando que los precios por kilo hayan alcanzado algunos días los 10 euros.
Estaban acostumbrado, en los últimos años, a que “la especie llegara enseguida y se cubrían los cupos de forma más o menos rápida. Ahora parece que estamos volviendo a la situación anterior a este periodo, en el que el bocarte empezaba a llegar a partir de mediados de abril. Estamos esperanzados de que así sea y, la semana que viene, empiecen a cambiar las cosas porque, de lo contrario, la situación sería muy preocupante”.
De la costera de la anchoa depende también la actividad en las conserveras que, del mismo modo, están expectantes. Desde Conservas María Asun Velar, su gerente, Patricia Tobías, ha querido ser optimista y confiar en que “aún estamos en fechas para que la cosa cambie y, de hecho, el año pasado nosotros hicimos nuestra primera compra el 20 de mayo”. La diferencia ahora es que “mientras en 2023, a comienzo de la campaña, había mucho pescado aunque no de un tamaño suficiente para nosotros, en esta ocasión no hay ni pequeño”.
En cualquier caso, “queremos ser positivos y pensar que el agua está aún fría, que subirá de temperatura y que mejorara la situación”.
De no ser así y de continuar esta absoluta escasez, “para nosotros supondría que no tendríamos materia prima suficiente para mantener abierta la conservera todo 2025. Eso si fuere una costera catastrófica que esperamos que no lo sea y que, al menos, haya algo para todos”.
