El responsable de la Dirección General de Tráfico (DGT) en Cantabria, José Miguel Tolosa, ha dado, en Castro Punto Radio, todos los detalles sobre el control de drogas, alcohol y velocidad que se realizó, la madrugada del sábado al domingo, en la A-8, a la altura de Saltacaballo.
Como ha explicado, “se realizaron del orden de 300 pruebas de las cuales 8 dieron positivo en consumo de drogas, seis en alcohol y se instaló un radar móvil para el control de velocidad, registrándose 9 denuncias en este caso”.
La prueba de alcohol “se realiza a todos los que llegan al punto del control, mientras la de drogas es selectiva y se hace a personas que presenta una sintomatología o los que han cometido una infracción anterior, por ejemplo, el exceso de velocidad. En este caso fueron 15 los test de droga realizados de los que 8 fueron positivos. Estamos hablando de un 50% más o menos”. Tolosa ha dejado claro que “esto no quiere decir que el 50% de los conductores vaya drogado porque estamos hablando de controles muy selectivos”.
Ha destacado que “el objetivo último de los controles es retirar de la circulación vehículos que pueden ocasionar un riesgo y, al mismo tiempo, trasmitir a la ciudadana la importancia de no consumir al volante y que la gente sepa a lo que se puede estar arriesgando por un tema de seguridad vial y de las consecuencias legales a las que puede enfrentarse”.
Ayer por la tarde se realizaba otro control en la A-8, a la altura de Ontón. “Son frecuentes este tipo de dispositivos y, al final, se busca trasladar a los ciudadanos que te pueden someter a una prueba a cualquier hora y en cualquier carretera”.
En lo que respecta a los controles en autovía, “son muy rápidos y con un despliegue de efectivos amplio porque se pretende que sea ligero y no ocasionar muchos problemas y retenciones en la vía”.