11 OCTUBRE 2018 /
La campaña se prolongará este año hasta el 29 de diciembre. La administración de las vacunas contra la gripe se realizará con cita previa en los centros de salud de Atención Primaria.
El objetivo de la campaña, promovida por la Dirección General de Salud Pública, es reducir la morbilidad y mortalidad asociadas al virus de la gripe y prevenir sus consecuencias adversas entre la población que por edad o estado de salud tiene más riesgo de complicaciones.
Desde Salud Pública se insiste en que la vacunación es la única medida preventiva de eficacia científicamente contrastada frente a la gripe, por lo que recomienda la vacunación a todas las personas incluidas en grupos de riesgo.
Al igual que en años anteriores, la vacuna antigripal está recomendada a partir de los 60 años y para quienes tengan entre 6 meses y 59 años y pertenezcan a alguno de los grupos con riesgo de graves complicaciones por la gripe, como personas con enfermedades crónicas cardiovasculares (excluida la hipertensión arterial aislada) o respiratorias, incluyendo displasia bronco-pulmonar, fibrosis quística o asma.
También se aconseja la vacunación a niños mayores de 6 meses y adultos con enfermedades metabólicas (incluida diabetes mellitus), obesidad mórbida, insuficiencia renal, hemoglobinopatías y anemias, asplenia, enfermedad hepática crónica, enfermedades neurológicas y neuromusculares graves, inmunosupresión por fármacos, trasplantes o personas VIH positivo, cáncer, fístula de líquido cefalorraquídeo, enfermedad celiaca, enfermedad inflamatoria intestinal crónica, implante coclear o en espera del mismo, o trastornos y enfermedades que conlleven disfunción cognitiva como el síndrome de Down o las demencias.
La vacunación está también indicada en mujeres embarazadas en cualquier trimestre de gestación, así como en niños y adolescentes que reciban tratamiento prolongado con ácido acetilsalicílico, por la posibilidad de desarrollar síndrome de Reye tras la gripe.
Se insiste también en aconsejar la vacuna en personas que por su actividad puedan transmitir la gripe a quienes tienen un alto riesgo de presentar complicaciones como trabajadores y estudiantes en prácticas en los centros sanitarios; personas que trabajan en instituciones geriátricas o en centros de atención a enfermos crónicos; personas que proporcionen cuidados domiciliarios a pacientes de alto riesgo o mayores; y personas que conviven en el hogar, incluidos niños mayores de seis meses, con otras que pertenecen a alguno de los grupos de riesgo.
Otros grupos a los que se recomienda la vacunación son las personas que trabajan en servicios públicos esenciales para la comunidad, entre los que incluye a las fuerzas y cuerpos de seguridad, bomberos, servicios de protección civil y de emergencias sanitarias, así como trabajadores de instituciones penitenciarias, de otros centros de internamiento por resolución judicial y centros de acogida de inmigrantes.
También a los trabajadores expuestos directamente a aves o cerdos en granjas o explotaciones y a aves silvestres por la posibilidad de infección conjunta de virus humano y aviar o porcino.
Durante la temporada 2017-2018, se registraron en Cantabria 14.914 casos de gripe. La onda epidémica comenzó en la semana del 12 al 18 de diciembre y el pico máximo de incidencia se alcanzó en la primera semana de 2018, con 375 casos por cada 100.000 habitantes.
Además, hubo 144 casos graves, de los que 20 fallecieron, en su mayor parte (86%) personas mayores de 65 años.
Durante la pasada campaña, los más afectados por la gripe fueron los menores de 14 años, sobre todo los niños entre 0-4 años de edad, con una tasa de 110 casos por 100.000 habitantes. En el grupo de edad de 5 a 14 años la tasa fue de 70 casos por 100.000 habitantes.
La incidencia en personas mayores de 65 años fue de 27 casos por 100.000 habitantes, mucho menor que la del año anterior que se situó en 36 casos por 100.000 habitantes.
Imagen de archivo del Centro de Salud La Barrera.