La entidad conservacionista SEO Birdlife está preparando las alegaciones para frenar el gran parque eólico de Maya que la empresa Green Capital Power pretende construir en el cordal del Ventoso y que supondría la instalación de 15 aerogeneradores de 162,50 metros de altura cada uno, todos ellos en el límite de los municipios de Castro y Guriezo, y 26 grandes torres metálicas, casi la mitad de ellas en nuestro municipio.
El expediente se encuentra en periodo de información pública para la solicitud de autorización administrativa previa y declaración de impacto ambiental.
De ello hemos hablado en Castro Punto Radio con el castreño Óscar Prada (en la imagen), miembro de SEO Birdlife y con Felipe González, delegado en Cantabria de la entidad. Este último apuntaba que “afortunadamente son procedimientos públicos, y esperamos que el proceso de declaración de impacto ambiental en el que estamos tenga en cuenta los valores medioambientales y de biodiversidad de la zona. SEO Birdlife ha hecho sus deberes y tenemos todos los estudios necesarios para que repercutan en el expediente. Contamos con la ciencia detrás de nuestros argumentos”.
Con ambos hemos hablado de esos valores de la zona. Prada recordaba cómo “el cordal del Ventoso y prado de Maya pertenecen a la Montaña Oriental Costera de Cantabria, en la divisoria de las cuencas hídricas del municipio de Castro, donde nuestros ancestros ya habitaron y aprovecharon los recursos de la zona, de ahí los restos megalíticos. Además, el propio Gobierno de Cantabria lo ha catalogado como área de alta importancia para la alimentación de las aves necrófagas y ha sido reconocida como zona de relevancia internacional para la conservación de las aves”.
“Poblaciones extraordinarias de alimoche, especie en peligro de extinción, pero también de halcón peregrino, buitre leonado y otras especies”, añadía Óscar Prada, que recordaba cómo es una zona apenas explotada forestalmente, “ya que las especies de eucalipto que se plantan en esta región no soportan esas altitudes, aunque en la comarca se están incorporando especies más resistentes, con lo que existiría la posibilidad de extenderse las plantaciones en altura, pero lo cierto es que, hasta ahora, apenas hay. Además, allí existen los últimos pastizales donde la ganadería autóctona se alimenta. Las vaguadas de Ventoso están formadas por bosques también autóctonos con un valor muy destacado, y justo encima de ellas quieren instalar esta industria eólica”.
Apuntaba Prada que no sólo se trata de biodiversidad: “también paisaje y ruido, que va a afectar a todos los vecinos, que se den una vuelta por otros parques eólicos, con el rotar de enormes molinos”.
Felipe González recordaba que “estamos en un resurgimiento de la industria eólica en Cantabria, años después que de que los tribunales tumbaran el Plan Eólico del gobierno regional. Las energías renovables son una necesidad para alcanzar los objetivos de descarbonización, pero esto no puede hacerse a costa de afectar a la biodiversidad, que es esencial para la lucha contra el cambio climático”.
“Queremos unas renovables responsables”, añadía el delegado de SEO en Cantabria: “la cordillera cantábrica no es un sitio bueno para colocar energía eólica, por los paisajes de montaña donde se conserva la mayor parte de la biodiversidad, pero las empresas buscan donde sopla el mejor viento. Tenemos que reducir los parques que se proyectan”.
Recordaba Felipe Gónzalez que “hubo hace un tiempo sobre la mesa en Cantabria un Plan de Ordenación del Territorio que llevó años de debate, e incluía un mapa de desarrollo eólico, pero no aparecía la comarca oriental ni los valles pasiegos. Se planearon áreas donde desarrollar esta energía renovable con el mínimo impacto ambiental. Este es el documento que reclamamos que se ponga sobre la mesa. Ahora tenemos una avalancha de proyectos alimentados por las importantes subvenciones a las renovables, y han quedado en manos de promotores que solo están interesados en cuadrar sus cuentas de negocio. Green Capital está detrás de casi todos los proyectos eólicos de la cordillera cantábrica, y nunca ha construido un parque, solo se interesan en conseguir permisos y autorizaciones”.
Para rematar su opinión sobre las alegaciones al proyecto, el responsable regional de SEO indicaba que “tenemos bastante margen de maniobra al tratarse de un procedimiento reglado. En la declaración de impacto ambiental vamos a darlo todo para que nuestros muchos argumentos queden reflejados. Soy moderadamente optimista en que se tengan en cuenta nuestras alegaciones”.
Óscar Prada era más escéptico: “tengo mis dudas después de lo que hemos visto en nuestro municipio con el cultivo de hormigón y de eucalipto, o cuando se plantó la autovía por el lugar que más daño podía hacer… tengo mis recelos”.
Prada finalizaba sospechando, al igual que hace unos días el concejal de Medio Ambiente, José Mari Liendo, “que no es casualidad que estos expedientes y los plazos coincidan en verano y en las vacaciones. No puede ser una casualidad”, remataba.