El párroco de Castro Urdiales, Antonio Arribas, ha glosado hoy en Castro Punto Radio la figura de Silvia López Gayubas, la mujer asesinada ayer por la tarde en Castro Urdiales a manos, presuntamente, de sus hijos, tal y como confesaron a las autoridades policiales.
Silvia era catequista de la parroquia y muy implicada en la misma: “Era una persona muy alegre, me escribían esta mañana por WhatsApp grupos de niños catequistas que no se lo creían, que vaya palo, no nos lo terminamos de creer”, tal y como señalaba Arribas.
Silvia era una persona “alegre, implicada en la parroquia, creyente. El desconcierto que se ha generado es notorio, hay gente que me decía esta mañana al salir de la misa de las ocho y media que estaban en shock, me decían ‘que es Silvia, que es nuestra Silvia’, no sabíamos que hacer ni que decir, en una situación que escapa de cualquier mano”.
El párroco castreño ha dibujado a Silvia como “una mujer muy entregada, con un matrimonio muy unido, la familia siempre junta… nos hemos quedado como en blanco, no nos queda más que acudir a la fe”.
Arribas indicaba que “conociendo a los hijos, no se esperaba una situación tan escabrosa, hay que rezar por el marido, del que no nos debemos olvidar”.
El párroco ha querido valorar “el gesto de altruismo y caridad al adoptar dos hijos, pero hay gente que lo utiliza, huyamos de esos mensajes”.
Antonio Arribas recordaba como con Silvia, “compartíamos momentos al final de las misas, los hijos también salían a leer a veces. Me quedo con un mensaje de esperanza que parece ahora impropio, pero nos hace mirar de otra manera todo lo que ha sucedido”.