El Gobierno Central tiene intención de abordar en próximo días la retirada de la obligatoriedad del uso de la mascarilla en centros sanitarios, sociosanitarios y farmacias, únicos lugares en los que se sigue exigiendo. Pasarán a ser recomendables, salvo en algunas zonas con pacientes vulnerables, como las UCI o las unidades oncológicas entre otras, en las que seguirán siendo imperativas.
El secretario general del Sindicato Médico, Óscar Pascual, ha señalado en Castro Punto Radio que “la incidencia del Covid ha descendido muchísimo y también la mortalidad por la inmunidad adquirida al habernos vacunado y, en muchos casos, haber pasado la enfermedad”.
Además de todo esto, “hemos normalizado nuestras vidas a unos niveles en los que, en otros ámbitos como transportes, conciertos, bares, etcétera, estamos ya hacinados con lo que ha perdido cierto sentido”.
Por otro lado, “es en los centros sanitarios donde se guardan mejor las distancias y las salas de espera ya no están masificadas, con lo que es de los sitios con menos riesgo”.
En cualquier caso, ha defendido que “la mascarillas es un sistema barrera de prevención que no deberíamos olvidar y tendríamos que normalizar y usar cuando tengamos alguna afección respiratoria por respeto a los que tenemos al lado”.
Al margen de esta cuestión Pascual nos ha puesto al día sobre cómo están las reivindicaciones del sector que, en los últimos tiempos, no han avanzado en las negociaciones con el Gobierno de Cantabria. Ha señalado que “estamos igual, teniendo en cuenta que estamos en un momento de transición política, tras las elecciones, que hace imposible cualquier tipo de avance o negociación”.
La principal queja en los últimos tiempos tiene que ver con la implantación de un nuevo sistema, por parte del Servicio Cántabro de Salud que impide a los médicos citar a sus pacientes. “Las nuevas agendas hacen que algunas personas, los jóvenes, puedan apreciar una mejor accesibilidad porque hay huecos de las agendas bloqueados hasta horas previas a las consultas y a las que se accede sólo a través de internet”.
Sin embargo, a los profesionales “nos es muy complicado citar a personas mayores a las que necesitamos revisar y tenemos que confiar en que ese señor de 87 años sea capaz de citarse el día antes cada vez que lo necesite, en lugar de ponérselo fácil”.
Ha lamentado que “las estadísticas que ellos manejan les están saliendo de maravilla porque la gente ve que hay citas, pero porque están bloqueadas hasta horas antes”.
Con el cambio de Gobierno, desde el Sindicato Médico señalan que “nuestra esperanza no se basa en el cambio de siglas políticas, sino de personas, porque las actuales han tenido un talante poco dialogante y bloqueador y falta de empatía a la hora de escuchar las opiniones de los profesionales”.