Tres niñas de entre 9 y 10 años tienen que recorrer a diario los cerca de 500 metros que separan sus viviendas en Sámano de la marquesina en la que les recoge el autobús escolar para acudir al Colegio El Pedregal. El problema es que se trata de la carretera autonómica de Sámano a Momeñe, una vía “sin acera, ni arcenes, ni pasos de peatones, ni badenes, con cambios de rasante y circulación de vehículos pesados, como camiones de madera”.
Así lo ha explicado en Castro Punto Radio Raquel Alcojor, una de las madres de estas niñas. Ha detallado que residen en el barrio Llacente y “en esa zona, hay una parada de autobús, la conocida como la del Cementerio, que utilizan todos los niños que acuden a Santa Catalina y a los IES Ocho de Marzo y José Zapatero”. Sin embargo, “nosotras tenemos que bajar hasta la parada de debajo del polideportivo, junto a los contenedores, atravesando para ello la CA-522 con todos los condicionantes antes mencionados”.
En el retorno del centro escolar “el autobús deja a las niñas frente a la marquesina de los contenedores, donde no hay arcenes y tienes que esperarlas en la misma carretera”.
Ha detallado que desde la dirección del Colegio El Pedregal “se pidió a la empresa de autobuses, IRB, que recogiera a las niñas en la parara frente al cementerio, como sucede con alumnos de otros centros educativos. Contestaron que no era posible porque supone mucho retraso”.
Además, en varias ocasiones han remitido escritos a la Consejería de Educación explicando la situación y pidiendo soluciones, sin que, por el momento, hayan recibido respuesta alguna.
En esos escritos, “hemos planteado una alternativa de recorrido para que el autobús pueda parar en esa zona segura antes mencionada. Una ruta que ya realizan otras líneas de autobús”.
Esta madre tampoco entiende el motivo por el que “el autobús que tenemos asignado es de más de 50 plazas, cuando lo usan 10 o 12 alumnos. Las dimensiones de este vehículo dificulta también el acceso a determinadas zonas”.
Con todo, insisten en solicitar a la Consejería que, “dada la peligrosidad del trayecto que tienen que hacer a pie y la lejanía al domicilio, y existiendo una parada reconocida como es la del Cementerio, usada por otros transportes escolares y el Castrobús, que nuestro autobús realice una modificación de su trayecto a través de Laiseca y Vallegón y que realice la parada en la vía de entrada al cementerio. Este cambio sólo supone un máximo de cinco minutos adicionales, pero minimiza de forma radical los riesgos a los que están expuestas estas menores”.