Poco antes de las 3 de la tarde se producía una aviso de bomba en el Instituto Ataúlfo Argenta, lo que provocaba el inmediato desalojo de todos los alumnos y profesores que permanecían en el centro.
Toda la zona se acordonaba y, tanto la Policía Local como la Guardia Civil, cortaban el tráfico rodado en las calles colindantes, principalmente La Ronda, el Paseo Menéndez Pelayo y Leonardo Rucabado, no permitiéndose la circulación de salida y entrada al casco urbano desde Brazomar.
Para salir del centro hacia la playa solo se podía utilizar el Paseo de Ocharan, y en el sentido entrada, la policía desviaba por la variante de la autovía hasta el acceso por la plaza de toros.
Pronto se sospechó que podría ser una falsa amenaza, pero se ha siguió el protocolo con la presencia de numerosas fuerzas policiales, entre ellos miembros de los TEDAX (cuerpo de desactivación de explosivos) y perros adiestrados en su detección.
Todas las clases programadas para la tarde en el centro, tanto de los ciclos formativos de Formación Profesional como de la Escuela de Adultos, se suspendían tras el aviso.
A las 5 de la tarde se desactivaba todo el operativo tras comprobar la ausencia de explosivo alguno.