19 ABRIL 2018 /
Continúa, aunque lentamente, el proceso de regularización que el párroco, Antonio Arribas, está llevando a cabo en los cementerios de Allendelagua, Otañes, Islares, Montealegre, Cerdigo y Talledo. Tiene que ver, entre otras cosas, con la titularidad de las diferentes sepulturas y trae consigo el pago de 60 euros por titular cada una de ellas.
En declaraciones a Castro Punto Radio, Arribas ha señalado que “poco a poco, la gente va acercándose para regularizar”, aunque lo hacen “a cuentagotas”.
La situación más problemática en cuanto a este proceso se estaba dando en Allendelagua donde los vecinos aseguraban sentirse engañados y no entendían el porqué de este pago cuando defienden que fueron ellos mismos o sus padres o abuelos los que, en su momento, pagaron la construcción de las sepulturas y cuando tienen en su poder un documento de compra-venta de los terrenos sobre los que se asientan los nichos, firmado por el entonces párroco y con sello de la Parroquia de San Marcos de Allendelagua.
Un papel que, según Arribas, “el Obispado dice que no tiene validez”. Por eso, sigue habiendo vecinos de este barrio que muestran su disconformidad con esta regularización y no están dispuestos a pagar. Así las cosas, a día de hoy, “se han regularizado en Allendelagua unos 40 nichos, aunque hay bastantes más aún pendientes en este cementerio”. Confía Arribas en que “la gente se vaya acercando poco a poco para ir renovando y entienda que lo que busca el trámite es favorecer que las cosas estén en regla y bien”. Ha dejado claro que “no hay otro motivo más allá”.
Ha insistido en que “regularizar significa dar legalidad a lo que uno tiene con un documento que sea oficial. El poder contar con un papel es importante para algunos vecinos y hay gente de Otañes y de otros lugares que ven bien el poder contar con algo que diga que eso es suyo”.
Arribas ha aclarado que “la regularización de cementerios no es una situación que yo he buscado, sino que me la he encontrado y tengo que ponerle solución. Voy a intentar arreglar las cosas como puedo hacerlo”.
Normalmente, se establece un plazo de un año para poner en orden los cementerios pero “no lo vamos a tomar a rajatabla porque entiendo que hay gente que necesita tiempo para ponerse de acuerdo con los hermanos y demás. Si hay buena voluntad, puede ser un año y medio o dos, aunque lo ideal es arreglarlo cuanto antes para poder dar legalidad”.