El alcalde de Castro, Ángel Díaz-Munío, da por hecho que el edificio del Hotel Miramar se va a demoler y, llegados a esta situación, “no deseable y triste”, espera que ese derribo “sea cuanto antes para que no se siga afectando a la circulación de peatones y ciclistas por el deterioro del edificio”. Le gustaría que, “de cara a la campaña de verano, pudiera estar derribado y urbanizada la zona convenientemente”.
No obstante y “desgraciadamente”, no confía en que eso sea tan rápido “porque las noticias que tengo indican que el derribo está condicionado a que exista partida presupuestaria y me temo que eso está incluido dentro de las dificultades que, en este momento, tiene el Gobierno del Estado. Ojala encuentren la solución y se pueda hacer cuanto antes, para que la ciudadanía de Castro no sufra más con los problemas que estamos teniendo con este edificio”.
Ha defendido que “hemos peleado porque ese inmueble se mantuviera, pero ante la imposibilidad de buscarle una utilidad sostenible, pública y aceptable entre todas las administraciones que se han volcado, hemos tenido que aceptar que no tenga una viabilidad futura y va a ser derribado”.