La Junta Vecinal de Oriñón vive “con cierta preocupación” la apertura de la movilidad entre Cantabria y el País Vasco prevista para el próximo lunes. Se trata de un pueblo que, todos los años recibe mucho turismo de la comunidad vecina, que acude fundamentalmente a sus segundas residencias.
El alcalde de Oriñón, Guzmán Miranda, ha lamentado que, “a las alturas que estamos, no se ha hecho, por parte del Ayuntamiento, ninguna intervención en todo el entorno de la playa, pese a que se podía haber avanzado en cosas. Vamos tarde porque, en lo que queda de semana, creo que no se van a poder poner ni las señalizaciones de acceso, ni la cartelería, ni todo lo necesario para que el arenal esté dispuesto para un uso correcto”.
Miranda ha dicho que “no sabemos nada por parte del Consistorio, pese a que hemos solicitado información para conocer cómo se va a actuar. Creo que hay cosas que se podían haber tenido previstas”.
En la parte que compete a la Junta, “habilitaremos el aparcamiento y hemos hecho limpiezas puntuales, pero tenemos la capacidad que tenemos. Lo poco que se ha hecho ha sido contratando la junta, aprovechando el dinero de las fiestas que no se van a celebrar. Estamos muy limitados porque dependemos para todo del Ayuntamiento, que sí ha enviado jardineros que están desbrozando”. No obstante, “todas las actuaciones alrededor de la playa están sin hacer”.
Todo esto preocupa a Miranda y a los vecinos de Oriñón porque “dependemos del Consistorio también para las desinfecciones y demás. A esto se suma que algunos ciudadanos parece que han aprendido poco de la crisis sanitaria y seguimos viendo irresponsabilidades. También escuchamos noticias sobre repuntes en hospitales de Vizcaya y Vitoria”.
MERCADILLO
Por otro lado, tras decretar el Ayuntamiento la reapertura de los mercadillos de Castro y Oriñón, únicamente para los puestos de alimentación, Miranda ha señalado que “hay que empezar a movernos hacia la nueva normalidad y estamos hablando de cincos puestos, que se pueden controlar y delimitar muy bien”. Espera, eso sí, “que no haya problemas con un mercadillo paralelo, el de puestos ilegales, que al final es el que colapsa el pueblo”.