Tres averías causadas en la línea que transporta la electricidad entre Vizcaya y Castro Urdiales ha sido la causa aducida por Iberdrola para justificar el gran apagón padecido en gran parte del casco urbano castreño y algunos núcleos de las juntas vecinales del municipio.
Durante toda la mañana se han estado produciendo microcortes del suministro eléctrico en toda la ciudad y en las pedanías castreñas, lo que era el preludio para el corte de la luz que comenzaba poco después de las 6 de la tarde y se prolongaba hasta las 9 de la noche, aunque en algunos puntos de la ciudad se extendía casi hasta la medianoche.
Ya desde hace meses, pero especialmente en las últimas semanas y días se estaban sucediendo múltiples microcortes de suministro eléctrico en casi todo el municipio por parte de Iberdrola y de su distibuidora I-DE, empresa monopolista en nuestra zona.
Sólo en el puente de San Andrés (entre el 27 y 30 de noviembre) se produjeron hasta 7 cortes. Son interrupciones no programadas de pocos segundos (aunque se pueden prolongar durante minutos), que algunas de ellas derivan en sobrecargas de tensión que destrozan todo tipo de aparatos.
Pero no han cesado ahí: las interrupciones fueron muy frecuentes la semana pasada, y sobre todo, en estos días, hasta desembocar en el caos provocado por Iberdrola en el día de hoy.
Además del trastorno y las pérdidas en los trabajos y en la vida normal de los ciudadanos, alguno de los efectos de los cortes y sobrecargas de tensión producen auténticos estragos económicos para vecinos y empresas: calderas, hornos u ordenadores con sus placas-base quemadas, ascensores y puertas de garaje averiados, fusibles también quemados y multitud de aparatos eléctricos y electrónicos inutilizados, tanto de domicilios particulares como de negocios, comercios y hostelería.
De poco sirven las reclamaciones que los usuarios realizan a Iberdrola o I-DE, ya estas compañías se lavan las manos, declinando responsabilidad alguna y falseando datos.