9 ENERO 2019 /
La construcción de una Central Hidroeléctrica reversible de agua marina en la Mina Las Caleras, promovida por ‘Hidrocaleras’, es, de momento, un proyecto de investigación y, por tanto, el que sea una realidad va a depender de muchos factores y va a requerir años.
Según ha señalado en Castro Punto Radio el consejero de Industria, Francisco Martín, “la primera idea surge en el año 2010 pero no es hasta 2012 cuando hay un proyecto que permite tramitar un PSIR (Plan Singular de Interés Regional)”. Se opta por esta vía teniendo en cuenta que la instalación “requiere de terrenos de Mioño, Lusa, Santullán y Ontón y, para poder hacer uso de este territorio para un fin como es el de almacenamiento de agua, había que tramitar una modificación urbanística y la del PSIR parecía la más adecuada”.
No obstante, “en su momento sólo se llegó a la aprobación inicial”. Y es que, “la crisis tuvo sus efectos, además de que el PP cambió las reglas del juego en cuanto al régimen de remuneración eléctrico destinado a las renovables, lo que hizo que este tipo de negocios fueran dudosamente rentables”.
En este momento, “la normativa eléctrica no permite remunerar de una forma adicional el diferencial de energía cara frente a barata, por lo que no se justifica la inversión del proyecto”.
Teniendo en cuenta esto, “se para en su momento y migra de ser un proyecto de producción a uno de investigación”. De esta forma, el consorcio de empresas privadas e instituciones públicas que se creó en noviembre de 2018 “está centrado ahora en adquirir más conocimiento respecto a este tipo de sistemas, teniendo en cuenta además, que en todo el entorno hay una roca caliza muy fragmentada que exige un conocimiento de la permeabilidad del embalse superior”.
Según el consejero, “hay una serie de problemas por resolver y lo que se proponen este tipo de empresas es desarrollar un proyecto de investigación, mediante un prototipo, que intente resolver técnicamente las necesidades que pueden llevar a que, en el futuro y si la normativa de remuneración cambia, pueda ser rentable poner en marcha un proyecto industrial”.
Por el momento, Martín ha insistido en que los esfuerzos se centran “en la investigación de cara a analizar las tecnología, los sistemas de control y auscultación del terreno y de bombeos resistentes a la agresividad del agua marina que permitirían construir esta central reversible”.
Si la prueba piloto “fuese de éxito y la remuneración de las energías fuese viable, podría llegar a ser un proyecto industrial”.
Eso sería en un futuro para nada cercano porque “el consorcio está destinando sus esfuerzos, fundamentalmente, a conseguir financiación para la primera fase, que es la de investigación y construcción de una prueba piloto”.
Ese prototipo “sí estaría dentro de unos posibles plazos razonables, pero extenderlo a una instalación industrial requeriría una cambio en la normativa legal”, que se encuentra en fase de revisión.
El consejero ha hablado de posibles plazos para poner en marcha esta primera fase. “En este momento comienza el proyecto de investigación y se empieza a buscar financiación para el prototipo. Financiación que viene, sobre todo, de proyectos europeos que se evalúan una vez al año. Por tanto, para conseguir ese dinero, estamos hablando de un año aproximadamente. Si se consiguiese, tendría que pasar otro año y medio, al menos, para la construcción de ese prototipo y otro año más para la auscultación del sistema con el fin de verificar si el proyecto es viable o no técnicamente”.
En suma, “dos años y medio para saber si el prototipo pudiera ser escalable a uno industrial”. Si en ese tiempo “la normativa cambia, podríamos estar hablando de un proyecto de mayores dimensiones cuyo plazo no me atrevo a plantear porque dependerá mucho de las obras que haya que hacer para impermeabilizar el vaso superior”.
Con respecto a la tramitación que depende del Gobierno de Cantabria, el consejero ha hablado del PSIR, aprobado inicialmente en 2012. “Habrá que analizar si desde entonces a ahora ha cambiado alguna normativa, habrá que pedir los informes sectoriales y, en base a ello redactar un proyecto constructivo para ir a la aprobación definitiva. Menos de ochos meses no van a pasar desde el día de hoy hasta que esté aprobado”.
En cualquier caso, “lo más importantes es conseguir el capital para desarrollar el prototipo. No creo que nadie se lance a continuar la tramitación de un PSIR de no ser que haya cierta garantía de conseguir los fondos para que el proyecto se convierta en realidad”.