9 JULIO 2015 /
El último de los muchos infiernos que han padecido en todo este tiempo los vecinos de La Loma se desató el pasado lunes. Como publica hoy el diario El Mundo Cantabria, ocho de las viviendas de la urbanización ‘El Cantábrico’ amanecieron sin agua. Y no sólo eso, también sin servicio de saneamiento, lo que con el paso de las horas provocó que las fecales de toda la urbanización afloraran, literalmente, en la zona con la cota más baja. “Estamos con la mierda al cuello”, denunciaba una de las vecinas que, junto a un grupo de afectados por este mismo problema, acudió al Ayuntamiento en busca de una solución.
Tras el encuentro mantenido con el concejal José Manuel Garitacelaya (CastroVerde), el Ayuntamiento ofreció a seis de los ocho afectados darles de alta hoy mismo en la red de abastecimiento de agua, y conectarles a la red de saneamiento. Una decisión que deja solos a los otros dos –precisamente los dos chalets que se construyeron fuera de ordenación y que carecen de licencia de primera ocupación– a cuyos propietarios se les recomendó “paciencia, porque la burocracia es lenta” y, como solución provisional hasta que el proceso judicial en curso determine si toda la urbanización se construyó o no legalmente, que se den de alta en agua de obra.
Al problema de la falta de suministrado de agua de abastecimiento se une el hecho de que se haya colmatado el depósito de fecales de la urbanización, dejando en la mayor indefensión a los dos vecinos, a los que no les queda otra salida que pagar de su bolsillo el coste de vaciar un depósito comunitario de decenas de viviendas.
Sin poder contener la rabia, los atrapados en La Loma en una situación “insostenible e injusta” ven con desesperación cómo se resuelve el problema para una parte de los residentes en ‘El Cantábrico’ “a pesar de que aún no hay sentencia que determine si la construcción de sus viviendas fue o no legal”, insisten los vecinos.
En la imagen varios de los afectados tras la reunión mantenida en el Ayuntamiento con el concejal José Manuel Garitacelaya.