Un primer grupo de 11 menores con necesidades especiales llegará mañana sábado al aeropuerto de Loiu (Vizcaya) para pasar el verano en el Albergue de Talledo, en Castro Urdiales, cedido por Cruz Roja, donde ‘Cantabria por el Sáhara’ tiene dispuesto un operativo de profesionales voluntarios y personal de apoyo para prestarles la atención que necesitan.
Los 43 menores restantes llegarán a primera hora de la mañana del domingo al aeropuerto de Vigo, hasta donde se desplazarán en autobús miembros de ambas asociaciones para su recogida y posterior encuentro con las familias de acogida en Santander.
Muchas han sido las vicisitudes que han afectado al pueblo saharaui desde la última edición del programa en 2019, pero hay que destacar tres que le han afectado profundamente.
En marzo de 2020, la pandemia COVID 19 no solo supuso la suspensión del programa en su conocido formato de acogida familiar (en los dos últimos veranos se ha realizado un programa alternativo en los propios campamentos), sino también una merma importantísima en la llegada de la ayuda humanitaria y en la presencia de comisiones médicas en los campamentos.
El 14 noviembre de 2020, de nuevo la guerra. Después de que el ejército marroquí atacara a ciudadanos saharauis que se manifestaban pacíficamente en el paso de El Guerguerat, Brahim Gali, Secretario General del Frente Polisario y Presidente de la RASD, anunció la ruptura del alto al fuego firmado con Marruecos en 1991 y decretó el estado de Guerra.
Y en marzo de 2022 llegó la carta de Pedro Sánchez a Mohamed VI anunciándole el cambio de posición del Gobierno español respecto al Sáhara, un cambio que ha sido considerado por el pueblo saharaui, el movimiento de solidaridad y la mayoría de la ciudadanía española, como una traición del mismo calado y gravedad, si no más, que la entrega del territorio a Marruecos y Mauritania mediante los Acuerdos Tripartitos de Madrid del 14 de noviembre de 1975.
Todo ello, unido a la incertidumbre que suponía el desconocimiento sobre la evolución de la pandemia y el correspondiente retraso que ello provocó a la hora de tomas una decisión sobre la viabilidad del proyecto, ha generado enormes dificultades para su gestión, dificultades que el pueblo saharaui y el movimiento de solidaridad español, han conseguido superar para hacer posible una nueva edición de Vacaciones en Paz.
El programa cuenta con financiación de la Dirección General de Cooperación del Gobierno de Cantabria y de la Concejalía de Cooperación del Ayuntamiento de Santander y será el Servicio Cántabro de Salud quien se hará cargo de las revisiones médicas y los posibles tratamientos que precisen recibir los menores. Pero, por supuesto, el programa no sería posible sin la participación de las familias acogedoras, de las personas voluntarias y un sinfín de colaboraciones públicas y privadas.