El Grupo Alceda (por la defensa y protección del patrimonio cultural), se ha caracterizado en los últimos tiempos por ser punta de lanza en la defensa del edificio del Hotel Miramar para evitar su derribo. No han tirado la toalla y siguen en activo. Lo último ha sido un escrito que este grupo remitió al Ayuntamiento y que fue tratado en una Junta de Gobierno celebrada el 21 de marzo. El acta de esta junta, hecha pública el 16 de abril, refleja lo que dice el escrito y lo que responde el equipo de Gobierno.
En el mencionada carta remitida al Consistorio, el Grupo Alceda pide que se cumpla lo aprobado en pleno en 2015, en cuanto a instar a la Dirección General de Cultura la inclusión de este edificio en el inventario del patrimonio cultural de Cantabria, solicitar la concesión a Costas y negociar con esta entidad alguno de los usos propuestos, y con el gobierno de Cantabria, las ayudas para financiar las obras y servicios planteados”.
Sobre este asunto hemos hablado en Castro Punto Radio con uno de los portavoces del Grupo Alceda, Aurelio González. Ha lamentado que la respuesta del Ayuntamiento haya sido “la habitual”. Ha reconocido que el equipo de Gobierno “ha tenido cierto interés en el asunto estos últimos años”, pero “muy poco, y hay que hacer algo más, demostrar que se dan pasos porque se le tienen cariño a ese patrimonio y no por obligación”.
En este sentido, ha sido claro a la hora de señalar que “todas las instituciones, que tienen entre sus obligaciones proteger el patrimonio (Ayuntamiento, Cultura y Costas), están dando la espalda y mirando para otro lado. Hay que señalarlos con el dedo. No tienen cariño al patrimonio”.
Ha añadido que “unos se pasan la pelota a otros y se han rendido”. Ha recordado, por ejemplo, cómo el Colegio de Arquitectos de Cantabria “realizó una petición a Cultura para que implantara una figura de protección y la respuesta fue que no tenía tanto valor para eso. Se atrevieron a decirle esto al Colegio de Arquitectos”. Por otro lado, “cuando hablas con Costas, también miran para otro lado”. Entre la condiciones de uso que marca para el Miramar se establece que no podrá tener habitaciones. En este sentido, González ha dicho que esta institución “no mide a todo el mundo con el mismo rasero y en Santander hay una actuación reciente, el Centro Botín, a la que habría que pasar por el rasero de Costas y, sin embargo, se mira para otro lado”.
El Ayuntamiento, por su parte, “vuelve a remitirse a lo mismo y dice que, mientras no se determine el uso a destinar el edificio, no se puede aprobar ninguna modificación del PGOU”. González ha instado a “si no tiene aún uso, pues búsquelo, que es su obligación”. Ha lamentado que “nadie quiere afrontar el tema, se centran en la burocracia cuando esto es un asunto de cariño a la tierra”.
Ha afirmado que “a ningún cántabro se le ocurriría tirar el Palacio de la Magdalena porque no tuviera un uso. Hay que mantenerlo y ya vendrá ese uso”.
Tras la respuesta de la Junta de Gobierno local “estamos preparando un nuevo documento para remitir pero, es tal la burocracia y sabes lo que te van a contestar, que es desalentador. No sé si hablamos diferentes lenguajes. Creo que, además del Ayuntamiento, Cultura tendría que haberlo defendido y hay que decirlo. No puede ser que, ante una petición del Colegio de Arquitectos, digan que no. Sólo hay que tener iniciativas y ganas. Es patrimonio de los castreños y no puede venir un gestor momentáneo a hacer cosas que después ya no tienen solución”.
El Grupo Alceda seguirá defendiendo el Miramar porque “no nos podemos rendir para que después no nos arrepintamos. Intentamos que las autoridades, que tienen la obligación de defenderlo, sientan cariño por él, encuentren la importancia que tiene y lo que supuso para Castro y su historia. Es nuestra memoria y, si renunciamos a ella, nos convertimos en ciudades impersonales”.
González ha recordado que, “en cualquier ciudad costera hay una infraestructura de estas características en la playa, con los usos que sea. Es una arquitectura que corresponde a una época en España, que viene después de la Primera Guerra Mundial, que es el modernismo. Castro no tiene muchos ejemplos y quieren tirar por la borda el edificio modernista que hay”.