Un verano más, la Consejería de Sanidad ha reforzado con un médico de atención primaria cada uno de los dos centros de salud de Castro Urdiales. Un refuerzo que, a criterio del Sindicato Médico, sigue siendo “insuficiente”. Y es que, el problema de escasez de médicos que registra la comunidad autónoma a lo largo de todo el año, se hace acuciante en época estival y fundamentalmente en municipios costeros y turísticos como el de Castro, que aumentan su población considerablemente.
Como ha explicado en Castro Punto Radio, Óscar Pascual, miembro del Sindicato Médico, “desde hace años, nos organizamos para que las vacaciones y permisos de verano se pidan de modo que sólo esté ausente un tercio de la plantilla. Un tercio que no se sustituye. Así, la situación en época estival es que la mayor parte de centros de salud trabajan con dos tercios de la plantilla y un refuerzo en los casos en los que se aplique”.
Pascual ha señalado que, “en Castro cuentan con unos 10 médicos en La Barrera, de los que ahora estarán 6 o 7; y 8 médicos en Cotolino de los que habrá 5 o 6”. Los refuerzos “no suplen las ausencias ni, desde luego, el volumen de población que se ve aumentada en verano”.
Año tras año, “vemos como los profesionales que se forman en Cantabria huyen de la comunidad por las condiciones laborales”. Tanto es así que, “de los 32 médicos de familia que han salido formados este año, se han quedado en la provincia 12 y, de ellos, 8 han ido a las urgencias de los hospitales. Por tanto, para los centros de salud sólo han quedado cuatro”.
Si hablamos de pediatras, “la situación es dramática. Han salido formados 5 y ninguno se ha quedado en Cantabria”.
Pascual ha recordado que “este problema de falta de médicos se da en toda España prácticamente, pero es cierto que en otras comunidades autónomas lo saben solucionar de mejor manera. Cantabria se pone las pilas muy tarde y habla con los residentes muy tarde, cuando ya llevan meses planteándose su futuro inmediato y cuando ya casi tienen comprometido su primer año de vida laboral y en mejores condiciones que aquí”.
La solución a todo esto “pasa por mejorar esas condiciones para que les resulte atractivo quedarse”. Pascual ha dejado claro que estos profesionales “no reclaman dinero, aunque las diferencias son sustanciales entre unas provincias y otras. Lo que no están dispuestos es a asumir 48-50 horas semanales y, sobre todo, con una agenda imprevisible que es incompatible con cualquier vida familiar porque te pueden llamar de un día para otros para modificarla”.