24 MARZO 2017 /
Tras la Comisión de Servicios a la Ciudadanía, celebrada ayer, la concejala de Comunicación, Elena García, aseguraba en Castro Punto Radio que Patrimonio del Estado financiará, con unos 60.000 euros, la ejecución de un estudio profundo sobre la situación en la que se encuentra la estructura del cargadero de mineral de Dícido. Decía también que la gestión para conseguir este dinero había sido realizada por la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria. Puestos en contacto con esta administración, ha confirmado que el acuerdo, hasta el momento, es simplemente verbal y que no hay nada firmado, ni lo habrá, hasta que no se aprueben los Presupuestos Generales del Estado, que son los que tendrá que posibilitar cualquier inversión que se realice.
En cualquier caso, el compromiso sí existe y, con ese telón de fondo, hemos hablado con Joaquín Cárcamo, aparejador, vocal de la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública y gran conocedor de la situación de este Bien de Interés Cultural, habiendo participado en muchos actos defendiendo la necesidad de su rehabilitación.
Reconoce que ese estudio que se pretende realizar “es necesario”, pero que lo es “a consecuencia de lo que ha sucedido a lo largo de los últimos años”. En este sentido, ha recordado cómo en 2004 una empresa ya realizó un proyecto de rehabilitación de este cargadero, que se basó en una serie de estudios y análisis previos sobre su estado. Lo que sucedió después fue que “dentro Plan E (también conocido como Plan Zapatero) se adjudicaron los trabajos a la empresa Tragsa por más de un millón de euros. Esas obras finalizaron en 2010, pero sólo se emplearon 740.000 euros en rehabilitar el entorno, devolviéndose al Ministerio de Medio Ambiente más de 300.000 euros restantes, quedando sin intervenir el elemento que justificaba la inversión y el único protegido de la zona, que era el cargadero”.
Han pasado 13 años, y ese Bien de Interés Cultural “estará seguramente peor, lo que hace necesario un nuevo estudio, que no haría falta si se hubiera intervenido en aquel momento”. Así lo ha defendido Cárcamo, al tiempo que ha argumentado también que “por aquel entonces, se hizo un proyecto que quizá era excesivamente ambicioso”. Este experto entiendo que “lo importante con el cargadero es analizarlo desde una perspectiva menos desarrollista y más posibilista. Eso exige fijarse fundamentalmente en la necesidad de su consolidación, y ya pensaremos en el futuro qué otras cosas podemos hacer”.
Cárcamo espera que el ritmo administrativo no se rompa, aunque entiende que la información dada ayer en la Comisión de Servicios a la Ciudadanía “es un poco ambigua porque se menciona a Patrimonio del Estado y el 1% Cultural. Parece difícil que Patrimonio del Estado, así, directamente dicho, intervenga”.
En cualquier caso, ha insisto en que “es importante que se haga ese proyecto, que sea posibilista y que, a ser posible, se desarrolle por fases, siendo la primera y más importante la de la consolidación inmediata del cargadero porque, muchas veces, nos damos cuenta de lo que tenemos cuando lo perdemos”, aludiendo al de Cobarón, que colapsó hace un tiempo.
Imagen de Patrimonio Industrial de Cantabria del cargadero de mineral de Dícido.