Santiago Berriolópez regenta una pequeña empresa de ganadería y otra forestal. Trabaja, a diario, en el monte y es perfecto conocedor de cuál es su estado de conservación.
En declaraciones a Castro Punto Radio ha señalado que, “el mayor problema hoy en los montes de utilidad pública es la nueva normativa, vigente desde el año 2003”.
Con la anterior, “existía la figura del contrato patrimonial, por la que un vecino podía solicitar una parcela de terreno comunal y mantenerla en óptimas condiciones”. Lo que sucede ahora, según Berriolópez, es que “nos echan del monte. Hoy molestamos y no se permite recoger ni una rama”.
Ha informado que, “cuando se concede el uso de una parcela, si de la misma se obtiene un beneficio , una parte proporcional (15%) va para la administración propietaria del terreno y otra para el servicio de Montes a través de un fondo de mejoras. El 10% debe revertir en la entidad propietaria para conservación y mantenimiento, y el otro 5% se va a Montes para la gestión de trámites como permisos, mediciones, etcétera”. Lo que sucede es que “ese dinero ya no se emplea para la limpieza de los terrenos, sólo para arreglar caminos y plantar árboles”.
Antes “había un fuego y se sofocaba rápidamente porque los matorrales, zarzas y árgomas no eran uniformes, sino aislados. Ahora ese matorral es el 80% del terreno de dominio público”.
Entiende Berriolópez que “la administración no tiene capacidad suficiente de asumir el mantenimiento de la superficie” y, por eso cree que es necesario “un Plan de gestión forestal y ganadero. Que vuelva la gente que estaba antes en los montes, a sus parcelas”.
Ha lamentado, en relación a los últimos incendios registrados, que “es muy fácil decir los ganaderos o los maderistas. Los maderistas no pueden comprar una parcela quemada porque no vale para celulosa. Un ganadero, en un suelo quemado, no va llevar su ganado a pastar”.