23 AGOSTO 2017 /
En nuestros reportajes de verano, nuestro compañero Santi González nos ha acercado a un punto habitual para castreños y visitantes desde siempre, la rampa de San Guillén.
Este lunes y martes charlamos con muchas personas que disfrutaban del baño y del buen tiempo en un sitio tan querido en la ciudad. El reportaje lo podéis escuchar en este enlace de la página de Podcast de Castro Punto Radio:
Rosa Mari, de 69 años, nos contaba que “desde que nací, vengo al San Guillén. Aprendíamos a nadar con una corchera y nos metíamos desnudos porque nuestros padres no nos dejaban bañarnos hasta el día del Carmen, que era cuando bendecían las aguas. Lo pasábamos muy bien aquí”. Un lugar al que “mucha gente de Castro dejó de venir porque se abrió la Playa de Ostende. Si algún día prohíben el baño en esta zona yo estaría manifestándome, eso no lo consentiríamos”.
Finalizaba apuntando que “los jóvenes no tendrían que hacer botellón aquí, que vayan a la explanada de Santa María y el Castillo Faro”.
Guillén, 17 años, al que sus padres le “pusieron el nombre por la rampa”, explicaba que toma el sol y se baña en una zona de hormigón cuyo uso principal es para la reparación de embarcaciones, porque “en las mañanas de verano no hay muchos barcos arreglándose y a la gente que no le gusta la playa pues es el lugar perfecto, además de ser un rincón tradicional castreño”.
Pilar, 70 años, viene “con toda la familia, somos de Castro de toda la vida. No nos manchamos de cal como en la playa Ostende, el único inconveniente es que cuando baja la marea hay mucho verdín y es muy resbaladizo”.
Apuntaba que “han puesto señales de prohibido el baño pero nosotros seguimos, porque como esto para los de Castro no hay nada, yo no piso la playa en todo el verano”.
También estaban disfrutando del baño los chavales del Campus del Ágora Fútbol Club (en la imagen). Alguno decía: “nuestros padres nos dicen: yo os enseño a tiraros, después si caéis mal es vuestra culpa”.
Pepe Agote, monitor del Campus decía: “yo les dejo tirarse solo desde la zona de la fábrica, al lado de las rederas, porque por las mañanas están bajo mi responsabilidad”.