Este fin de semana retorna la histórica Copa Castro, la regata que une la localidad vizcaína de Getxo con Castro Urdiales, una de las competiciones clásicas de la vela en el mar Cantábrico que cumple 115 años.
Gran parte de los barcos más destacados de las flotas vizcaína y cántabra, en torno a 30, estarán en la salida de una regata en la que las embarcaciones se dividen en las clases Crucero y J80.
La Copa Castro está organizada por el Real Club Marítimo del Abra-Real Sporting Club y por el Real Club Náutico de Castro Urdiales, bajo los auspicios de la Real Federación Española de Vela. Las dos regatas puntuables consisten en un recorrido en línea entre Getxo y Castro (de 16 a 18 millas este sábado 10 de septiembre), mientras la segunda, el domingo día 11, será ya una regata técnica con un triángulo olímpico, en aguas castreñas, de aproximadamente de 12 millas. El cómputo de las dos jornadas decidirá al ganador de.
La Copa Castro es un precioso trofeo que está siempre expuesto en el club ganador de la última edición: el Real Club Náutico de Castro Urdiales si el vencedor es un barco cántabro; y en el Real Club Marítimo del Abra-Real Sporting Club si el que se impone es un barco vasco. Este año, el trofeo ha presidido el club cántabro tras el triunfo absoluto de hace un año del ‘Impredigital’ de Emigdio Bedia, del Real Club Marítimo de Santander, con el ‘Tchin Tchin’ vizcaíno de José Luis Ribed en la segunda plaza y el ‘Aizen’ cántabro de Gustavo Arce en la tercera posición de la general, tras una de las ediciones más emocionantes en cuanto a su desenlace.
HISTORIA
La Copa Castro es un caso único en la vela española, ya que se trata de un trofeo donado por todo un pueblo -Castro Urdiales- y adquirido por suscripción popular entre sus vecinos. Realizado en plata maciza, no ha quedado constancia del precio pagado a principios del siglo pasado, aunque la belleza de sus formas ha sido destacada a lo largo de los años por quienes la han podido conquistar.
La desaparición del trofeo, en 1973, durante el incendio tras el atentado a la sede del Real Club Marítimo del Abra, pareció marcar el definitivo final de esta regata que ha superado con creces el centenario. La iniciativa de algunos responsables del Real Club Náutico de Castro Urdiales y del Real Club Marítimo del Abra permitió recuperarla. Primero fue la regata, que volvió a disputarse a principios de la década de los años noventa. Después, fue el propio trofeo, del que en 1999 se realizó una réplica idéntica a la donada por el pueblo de Castro en 1908.