La oruga procesionaria ya está entre nosotros, lo que obliga a extremar la precaución en zonas verdes, sobre todo próximas a pinares. Como ha explicado en Castro Punto Radio Javier López Orruela, “suelen aparecer a final del invierno o comienzo de la primavera. En este caso, las buena temperaturas y la poca humedad han provocado que el ciclo comience antes”. Estas orugas están buscando ahora “meterse debajo de la tierra hasta que se complete el proceso en el que se convierten en insecto o mariposa”.
López Orruela ha advertido sobre el “riesgo” que supone esta especie, “que tiene uno pelos que producen grandes ulceras que pueden llegar a necrosar los tejidos”. Ha recomendado “extremar la precaución, fundamentalmente en perro y niños” y “no tocar estas orugas ni con objetos” porque esos pelos “se pueden desprender”.