Niumba, el portal de alquileres vacacionales de TripAdvisor, quiere saber, de nuevo, cuál es la mejor Semana Santa de España 2019.
Tras el éxito de las encuestas de las ediciones de 2017 y 2018, con el triunfo de Granada y Castro Urdiales respectivamente, un año más proponen a los lectores que voten por su favorita. El plazo de votación finaliza el lunes 15 de abril.
Se puede votar en este enlace:
https://blog.niumba.com/2019/04/04/votacion-la-mejor-semana-santa-de-espana-2019/
CASTRO URDIALES
Una de las señas de identidad de la Semana Santa de esta localidad cántabra es la Pasión Viviente, que tiene lugar el Viernes Santo. Declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, se trata de una representación cuidada al detalle de diversas escenas por las calles de la ciudad, desde la última cena hasta la crucifixión y posterior resurrección.
JAÉN
La Semana Santa de Jaén quedó en segunda posición en las votaciones de 2018. Y no es de extrañar, ya que el ambiente litúrgico que se vive en las calles, sumado a la grandiosidad de las procesiones, consigue que se pongan los pelos de punta. Uno de los momentos claves es la madrugada del Viernes Santo, con el encuentro de Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores.
VALLADOLID
Declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional, la Semana Santa vallisoletana destaca por su alto valor estético. Lleva celebrándose desde el año 1498 y, de hecho, su cofradía más antigua, la de Vera-Cruz, data del siglo XV. De ahí la importancia y extensa tradición de esta festividad que tiene en la procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor, cada Viernes Santo, su momento culmen.
BALMASEDA
No hay lugar en el País Vasco donde la Semana Santa se celebre con tanto fervor. El vía crucis que se desarrolla en Balmaseda es uno de los más espectaculares de España. Son los propios vecinos quienes escenifican las últimas horas de Cristo en una representación llena de realismo que arranca el Jueves Santo por la tarde y se prolonga hasta la mañana del Viernes Santo.
HUELVA
La solemnidad y el júbilo van de la mano en la Semana Santa onubense. Desde La Borriquita del Domingo de Ramos hasta El Nazareno o El Santo Entierro del Viernes Santo, pasando por La Virgen de la Esperanza del Miércoles Santo, las procesiones invitan a los asistentes a sumergirse en una atmósfera dominada por el olor a incienso y el ambiente cofrade.
PALENCIA
El elemento más representativo de la Semana Santa de Palencia es muy probablemente el ‘tararú’, un toque de trompeta que marca las paradas. La Llamada de los Hermanos es una de las tradiciones más interesantes que se produce la noche antes de la procesión principal, cuando un grupo de cofrades golpea con una vara las puertas de las iglesias para convocar a otros hermanos.
CALANDA
La Semana Santa es el acontecimiento más esperado del año en este pequeño municipio de Teruel. No en vano está declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional, y no es para menos. Uno de los actos principales es el vía crucis, momento en el que los tamborileros, portando antorchas, inician el ascenso por el Monte Calvario en la noche del Jueves Santo. Al día siguiente, tiene lugar la Rompida de la Hora, cuando la plaza de España se llena de tamborileros para tocar al unísono bombos y tambores.
ELCHE
En Elche, la Semana Santa arranca con uno de los platos fuertes. El Domingo de Ramos es el episodio más multitudinario, cuando sesenta mil personas acompañan al Pas de la Burreta con miles de palmas confeccionadas de manera artesanal. También muy aplaudida es La Trencà del Guio, un ritual que tiene como protagonista a una enorme bandera negra que simboliza el luto por la muerte de Cristo.
CARTAGENA
La Semana Santa de esta ciudad llama la atención por la decoración floral de sus procesiones. El colorido y la música solemne se apoderan de cada acto, desde el más castrense hasta el más litúrgico. La procesión de Los Traslados del Martes Santo es, sin duda, la más genuina, donde desfila personal militar. Las procesiones de las dos principales cofradías de Cartagena, los Marrajos y los Californios, también son dignas de admirar.
ZAMORA
Los orígenes de esta Semana Santa podrían situarse en el siglo XIII. La tradición y la devoción, así, se palpan en todas sus procesiones, tanto las diurnas como las nocturnas. Una de las más destacadas es la que organiza la Hermandad del Cristo Yacente, que exhibe una increíble talla del siglo XVII. El broche final del recorrido lo pone un coro que entona el Miserere.
SEVILLA
En Semana Santa, ese color especial de Sevilla se vuelve aún más si cabe. La ciudad entera se vuelca en cuerpo y alma con una de sus mayores festividades. Las calles huelen a azahar, las bandas de música se engalanan y las saetas se rinden ante el más de medio centenar de procesiones. La Macarena, El Jesús del Gran Poder o El Cristo de los Gitanos son algunas de las más veneradas.
GRANADA
En un escenario como las bucólicas calles del Albaicín o la Carrera del Darro, nada puede salir mal. La belleza de los pasos granadinos, como El Cristo de los Gitanos, El Cristo del Silencio o Santa María de la Alhambra, se une al encanto de una ciudad como Granada, donde la siempre imponente Alhambra aparece como telón de fondo en cada una de las procesiones.
JEREZ DE LA FRONTERA
La Semana Santa jerezana es sinónimo de arte cofrade, tradición y sentimiento. La catedral se convierte en la gran protagonista, al ser la estación de penitencia de todas las hermandades. La Borriquita es una de las procesiones más seguidas, así como La Vera Cruz del Jueves Santo.
MÁLAGA
La Semana Santa de Málaga es una de las más populares de Andalucía. En la capital de la Costa del Sol, el silencio y el recogimiento dejan paso al bullicio y a los aplausos, aunque también a las saetas espontáneas. Gracias al benévolo clima, no importa quedarse todo el día en la calle admirando algunas de las procesiones más multitudinarias, como las de Los Legionarios, Jesús el Cautivo o María Santísima de la O.
LEÓN
Un total de dieciséis cofradías se encargan de llevar a lo más alto la Semana Santa en León, considerada el principal acontecimiento de la ciudad. Los cofrades, conocidos como ‘papones’, desfilan por las calles leonesas deleitando a los presentes con los diferentes actos. Uno de los más importantes es La Ronda, en la madrugada del Viernes Santo, rompiendo el silencio de la noche con tambor, esquila y clarín en mano.
TOBARRA
Si la Semana Santa de Tobarra fuera un sonido, sería el del tambor. Este instrumento suena ininterrumpidamente desde el Miércoles Santo hasta el Domingo de Resurrección. Y lo hará con más ahínco si cabe tras la bendición de la talla articulada de Jesús Nazareno a todos los presentes en un acto conmovedor, ya que parece que realmente la imagen cobrase vida.
VALVERDE DE LA VERA
La Semana Santa de Valverde de la Vera no puede entenderse sin hacer referencia a los ‘empalaos’. Esta tradición de la madrugada del Viernes Santo es, en realidad, una penitencia de aquellos que realizan su particular vía crucis con los pies descalzos y una corona de espinas.
CUENCA
El casco antiguo de Cuenca se convierte en el mejor escenario posible para acoger su fiesta por excelencia. De Interés Turístico Internacional, la Semana Santa conquense es un recorrido por diferentes procesiones que van sucediéndose desde la de La Borriquita hasta El Resucitado, todas ellas de gran belleza visual. Mención merecen las denominadas ‘turbas’, que llenan de estruendo la madrugada del Viernes Santo con tambores y clarines.
MURCIA
En la Semana Santa de Murcia, el ambiente festivo se funde con el componente religioso y espiritual. En ella, todos los sentidos entran en juego. A la espectacularidad de las procesiones, se une el aroma continuo de las flores y el incienso. Además, los nazarenos reparten caramelos y monas de Pascua, mientras los redobles de tambores y cornetas se encargan de crear una atmósfera muy particular.
SAN VICENTE DE LA SONSIERRA
Este pequeño pueblo de apenas un millar de habitantes aparca por unos días el sosiego que lo caracteriza. Llega la Semana Santa y, con ella, la población se llena de curiosos que no quieren perderse los famosos ‘picaos’, un desfile en el que diversos penitentes ataviados con una túnica blanca y capucha se flagelan frente a la Virgen de los Dolores.
CÓRDOBA
En Córdoba, el aroma a incienso, a cera quemada y azahar es la nota predominante durante toda la Semana Santa. Un total de treinta y siete cofradías se encargan de transmitir su pasión por un acontecimiento que es, en realidad, un sentimiento. Las saetas, los tambores o el característico grito de «¡Arriba con ella!» que marca cada procesión configuran una Semana Santa que nos deja desfiles tan especiales como El Rescatado o El Esparraguero.
CÁDIZ
En la capital gaditana, la Semana Santa está llena de significado. Esta festividad tan esperada arranca con el paso de La Virgen de los Dolores y se despide hasta el año siguiente con Jesús Resucitado. Más de una semana marcada por el sonido de los tambores y las saetas, pero también por el silencio de los penitentes con cadenas en sus tobillos. El Nazareno y La Buena Muerte son algunas de las procesiones imprescindibles.
LORCA
La Semana Santa de Lorca se conoce como ‘Los Blancos y Azules’ en honor a sus principales cofradías. El municipio no escatima en detalles y, de hecho, es una de las más majestuosas. Además de la opulencia de los pasos, tampoco pasan inadvertidos los trajes y bordados de los cofrades, las carrozas e, incluso, los caballos que desfilan para representar por todo lo alto las escenas más relevantes del Antiguo Testamento.
JEREZ DE LOS CABALLEROS
Las estrechas calles del casco histórico de Jerez de los Caballeros son el marco perfecto para una Semana Santa que ha alcanzado la distinción de Fiesta de Interés Turístico Nacional. Sus ocho hermandades se esfuerzan durante todo el año para que desfiles procesionales como Los Empalaos del Lunes Santo o Jesús Nazareno, al amanecer del Viernes Santo, creen una atmósfera sobrecogedora difícil de igualar.
TOLEDO
Los monumentos, calles y, en definitiva, el ambiente medieval que envuelve Toledo contribuyen a que su Semana Santa sea una de las mejores de España. Los pasos, hechos a medida para que quepan por las angostas callejuelas, son verdaderas obras de arte. El Cristo de la Vega, con uno de los brazos desclavados y alumbrado por los farolillos de los nazarenos en medio del silencio y la oscuridad de la noche, es una de las procesiones esenciales.