Cantabria ha cerrado el año 2020 con la tasa de criminalidad más baja de la última década, al situarse ésta en 28,5 infracciones penales por cada 1.000 habitantes. Con esta tasa, la Comunidad Autónoma es la séptima con menor índice de criminalidad del país.
La delegada del Gobierno en Cantabria, Ainoa Quiñones, ha mantenido este martes una reunión con el jefe superior de Policía, Héctor Moreno, y el coronel jefe de la Guardia Civil, Luis del Castillo, para analizar estos datos.
En el conjunto del pasado año, los delitos descendieron en Cantabria un 8,2 por ciento en comparación con 2019, según se desprende del Balance de Criminalidad hecho público este martes por el Ministerio del Interior, que detalla que las infracciones penales totales en la Comunidad Autónoma pasaron de las 18.073 conocidas en 2019 a 16.598 en 2020.
El descenso registrado se debe fundamentalmente a la reducción de delitos como los hurtos, que han bajado un 33,5 por ciento; los daños (-9,1%), los delitos contra el patrimonio (-10,7%), y los delitos contra la vida y la integridad de las personas (-14,8%).
No obstante, algunos tipos delictivos registraron un incremento, como el tráfico de drogas, con un 11,6%. Este aumento de los delitos conocidos de tráfico de drogas está muy relacionado con la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, dado que en este fenómeno delictivo se producen muy pocas denuncias.
La tasa de criminalidad en Cantabria, hecha pública por el Ministerio del Interior, coloca a la Comunidad Autónoma como una de las más seguras de España, solo por detrás de Extremadura (23,6), Asturias (23,9), La Rioja (24,5), Galicia (27,3), Castilla y León (27,3) y Aragón (27,4).
Con una tasa de 28,5 delitos por cada 1.000 habitantes, Cantabria se encuentra 8,9 puntos por debajo de la tasa de criminalidad del conjunto del país, que es de 37,4 infracciones penales por cada 1.000 habitantes.
Por otro lado, el Balance de Criminalidad de 2020 recoge los indicadores de seguridad de los municipios mayores de 30.000 habitantes, que en el caso de Cantabria son Santander, Torrelavega, Camargo y Castro Urdiales.
En Castro Urdiales se cerró el año con una tasa de criminalidad del 42,7 y es el único de los cuatro municipios cántabros con más de 30.000 habitantes en el que no descendieron las infracciones penales conocidas, ya que aumentaron en un 7,6%.