El Centro Cultural La Residencia acoge el próximo 17 de noviembre a las 19:00 horas, una charla debate sobre la nueva Ley del Suelo y sus consecuencias para Cantabria. Uno de los intervinientes es Carlos García, secretario de ARCA (Asociación para la Defensa de los Recurso Naturales de Cantabria) con el que hemos hablado en Castro Punto Radio.
Ha recordado cómo “hace unos días se celebraba una cumbre internacional para lograr una mayor sostenibilidad y la Unión Europea lleva décadas diciendo que el suelo rural hay que mantenerlo y no construir. Sin embargo Cantabria da un salto atrás y, como no ha sabido qué hacer con todo el espacio rural, no se le ocurre otra cosas que dedicarlo a construir, es decir, destruirlo hormigonándolo. Se trata de ir al revés de todo el mundo, compromete a la soberanía alimentaria y la futura activación de lo que podría ser un recurso agroganadero y forestal que hay que mantener para las generaciones futuras”.
Para gestionar nuestros prados y montes “no es procedente hacerlo desde el urbanismo que está hecho para los núcleos construidos y habitados. Trasladar esta línea lleva al agotamiento del recurso. Se pone de manifiesto que tenemos políticos con mentalidad de épocas pasadas y que no saben cuáles son los desafíos de la actual ni aplicar las tendencias que nos dice Europa”.
La Ley del Suelo “expulsa a los futuros empresarios del sector que quieren iniciar una actividad e implanta el uso residencial. Un disparate absoluto. La construcción debe hacerse dentro de los pueblos o en el borde, pero no desparramada por los prados”.
Ha defendido que “hay muchas casas vacías y, si las haces nuevas, está claro que es para la gente de fuera y para un uso estacional. El despoblamiento se combate dando un uso activo, económico y rentable al suelo rural que satisfaga las demandas de hoy en día. La gente se vincula al territorio porque tiene un recurso económico que les permite vivir”.
Según García, “se usa un término de moda, que es el despoblamiento, para meter lo que siempre has estado metiendo que es segunda residencia para gente de fuera y uso turístico estacional. Esa vivienda lesiona el suelo fértil en cuestión de días y la comunidad pierde para siempre un recurso útil para la producción de alimentos, forestal o los recursos ecosistémicos. Tal es el grado de ignorancia y retraso de los políticos que tenemos ahora”.